Contaba el escritor Jorge Amado que en cierta ocasión aterrizó en una de las muchas ferias de libros a las que solían invitarle y lo ... primero con lo que tropezó fue un cartel de considerables dimensiones que decía “Jorge Amado, el mejor escritor de Brasil”.

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Amado se sintió tremendamente halagado y feliz, tan querido como indica su propio apellido y seguidamente emprendió un paseo por la feria sintiéndose el rey del mambo literario. Lamentablemente, cuando apenas si había caminado cien metros, se topó de frente con otro cartel de similares dimensiones que venía a decir algo que parecía incompatible con el anterior. Decía: “Gimaraes Rosa, el mejor escritor de Brasil”. Aquel cartel vino a bajarle de las nubes, lo que no impidió que confesase a sus acompañantes que estaba muy contento porque durante cien metros se había sentido el mejor escritor de Brasil.

Lo que le pasó a Amado le ocurre a diario a Felipe González, cuando cualquier mañana se levanta y lee en su periódico favorito que ha sido el mejor presidente del gobierno español de toda la democracia. Pero ojo, también le ocurre a Aznar que lee lo mismito en otro diario de la competencia. Y lo mismo le pasa más recientemente a Zapatero, que antes no terminaba de creérselo cuando lo leía en la prensa bolivariana, pero que desde hace unos días ha empezado a leerlo en los libelos independentistas.

Resumiendo: A pesar de lo terriblemente mal que terminaron sus respectivos mandatos, nuestros tres ex presidentes de Gobierno pasean desde hace tiempo sus cien metros de gloria, creyéndose cada uno de ellos el mejor presidente de gobierno de la España democrática y no sólo eso, también absolutamente imprescindibles para el porvenir de nuestro país. De ahí que se sientan tan obligados a enterrarnos a todos, y especialmente a sus sucesores en el cargo, con sus múltiples consejos, sus variopintas enseñanzas, sus insoportables conferencias, sus habituales tribunas, sus permanentes declaraciones y hasta con sus varios volúmenes de memorias.

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Personalmente no tengo claro cuál fue el mejor presidente de gobierno, pero sí cual es el peor ex presidente en cada preciso momento, un trono por el que los tres se baten con entusiasta y vehemente dedicación. Siempre me parece el peor el último que abre la boca.

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