INTERESANTE lo sucedido en el concurso “Benidorm Fest” en el que se elegía la canción que representará a España en el Festival de Eurovisión.
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Aunque ... como viene sucediendo año tras año, la votación del jurado de expertos no aceptó el envite que le lanzaba el pueblo desde las redes sociales, las columnas de opinión, el televoto, las casas de apuestas y hasta las porras domésticas y prefirió desmarcarse contradiciendo su voluntad, de pronto quedó meridianamente claro que éste optaba por apuntarse a la defensa de una causa justa. Concretamente la del feminismo en el caso de Rigoberta Bandini y la del aprecio a una cultura de raíz tradicional y a una lengua de una comunidad distinta a la generalista en el caso de Tanxugeiras. Eso, a pesar de las cuestiones pragmáticas del campeonato. Como la de elegir una propuesta con posibilidades de éxito en Eurovisión conociendo las características del espectáculo pomposo, afectado y frívolo que representa el festival. Pero recordemos que la última vez que nos dejaron decidir, mandamos un chiste: aquel de Chikilicuatre.
Así que viajará a Turín representando a España: Chanel. Obviemos el detalle, aireado posteriormente por ciertos medios, de que la cantante mantiene cierta vinculación laboral con algún miembro del jurado y convengamos que se trata de una chica con un nombre bendecido por la alta moda parisiense, guapísima y con un físico escultural, la afinación correcta y un talento espectacular para el baile y los juegos coreográficos. Admitamos además que la poderosa multinacional que la contrató le entrega una canción compuesta por un equipo de excelentes y prestigiosos autores (Leroy Sánchez, Keith Harris, Ibere Fortes, Maggie Szabo y Arjen Thonen) de esos que habitualmente fabrican éxitos para los más grandes intérpretes internacionales (de Madonna a Black Eyed Peas, por ejemplo).
¿Qué importa que la letra sea una idiotez sexista y pelín machista? ¿Qué más da que esté escrita por alguien que domina regular el idioma en el que compone? ¿Es que no nos hemos dado cuenta de que en el jurado de expertos había varios que no controlan el castellano? ¿Acaso la audiencia de Eurovisión y quienes votarán necesitan conocer que nos encanta maltratar nuestro idioma? Pues venga, dejad que la chica haga doom, doom, con su boom, boom y nos tenga dando zoom, zoom. Por Miami. Y no se confundan señora y señore.
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