Cuando todavía no se habían extinguido las ascuas del devastador incendio de Losacio, el vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo anunció, a través de su cuenta de Twitter, las medidas que las tres consejerías gobernadas por su partido iban a ... llevar a cabo para combatir los incendios forestales en la región y ayudar a los damnificados.
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Era verano y al escuchar una de ellas pensé que al ‘vice’ le había dado demasiado el sol en la cabeza. Pretendía entregar maillots de ciclistas de renombre internacional para los alcaldes de las localidades afectadas, se supone que para sortearlos. Los regidores de los municipios no debían de estar para tonterías de este calibre por lo que finalmente la Consejería de Cultura, Deporte y Turismo, que con tan buen tino dirige el bejarano Gonzalo Santonja, organizó un sorteo solidario de tres maillots: dos del ganador de la Vuelta a España en 2018, el británico Simon Yates, y otro de nuestro Alejandro Valverde en el año de su retirada.
El sorteo se promocionó con un triste anuncio en redes sociales y, según leo en un medio regional, apenas participaron 31 personas y se recaudaron 250 euros. Ahora entiendo a García-Gallardo cuando dijo aquello de que no había entrado en el Gobierno para hacerse fotos. No creo que ni él ni su consejero se atrevan a acercarse a los pueblos arrasados por las llamas para entregar a sus alcaldes el cheque con esta ridícula cantidad económica ante las cámaras de los periodistas.
Dividan ustedes los 250 euros entre las 60.000 hectáreas arrasadas por los incendios en nuestra vecina provincia este verano y vean a cuánto toca, que yo soy de letras.
Pero es más. Aquel día en el que el humo todavía no había desaparecido de la sierra de la Culebra, Vox -sin tener en cuenta a su socio de gobierno en la comunidad- también anunció que iba a organizar este otoño en Zamora un concierto benéfico con artistas de primera fila para recaudar fondos destinados a los perjudicados por el fuego. Mañana comienza el invierno y ocurre como con la organización del Festival Internacional de las Artes de Castilla y León en Salamanca, que el concierto ni está ni se le espera.
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Es lo que tiene la política de ocurrencias que se practica últimamente. Y este es un ejemplo demoledor de su puesta en práctica.
Aquí, en Salamanca, también la hemos experimentado. Recuerden cuando en septiembre pasado la consejería de Cultura, encargada de la organización del FACYL a través de la Fundación Siglo, anunció que tenía previsto incluir zarzuelas en la programación de este certamen de arte contemporáneo que nació con la idea de ser plataforma para las nuevas tendencias artísticas.
Lo cierto es que no tenía organizado nada y salieron al paso con lo primero que se les ocurrió. Lo dicho, una zarzuela, o mejor, un sainete.
Da mucha pena entrar en la página web del festival que, por ejemplo, trajo a Rosalía a Salamanca hace cinco años, cuando apenas la conocía nadie. Recuerdo que los afortunados que pudieron disfrutar de su arte en el teatro Liceo solo tuvieron que pagar ¡un euro! por la entrada. El mismo festival que nos descubrió en 2018 a Nathy Peluso, una artista asidua a protagonizar los Grammy latinos de los últimos años. Y digo que da pena porque si pulsan en el apartado de noticias, verán que la última es del mes de octubre de 2021, es decir, de hace más de un año. Según dicen, están en periodo de reflexión para que los ciudadanos les echemos una mano con nuevas propuestas. Pues nada, si les sobra alguno, que nos manden un maillot firmado por Gallardo o por Santonja. Quedaría de lo más kitsch.
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