Sonarán las campanas, crepitarán las copas y las lentejuelas brillarán para muchos como diminutas luces que adornan los sueños de un nuevo año. Esos sueños ... que se forjan con ilusión, lucha y trabajo, sí trabajo, porque les aseguro que el triunfo no tiene atajos. Dejaremos atrás los fracasos, lo que no conseguimos, los fallos que cometimos o lo que sencillamente no tuvimos valor para hacer. Lloraremos a los que se fueron en el 2022, porque son la certeza de que en otro año será nuestra partida. Pero el 2023 llama con intensidad a la puerta para hacer más viejo al que se va y que el tiempo lo engulla con la fuerza de los vientos, para dejar paso a la ilusión y a la esperanza.

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Este ojo que observa brinda por el “Cape diem”, por recorrer cada palmo del presente que, aunque sin duda es el sembrador de futuro, es lo que tenemos entre las manos.

Y así sin saber por qué recuerdo este 31 de diciembre la canción de Julio Iglesias y que seguro recuerdan...unos que nacen y otros morirán... porque sí, esta noche unos nacerán para felicidad de sus padres, mientras que otros morirán, para tristeza de los suyos. Los primeros reirán mientras los otros, llorarán. Aguas sin cauce... como nuestra propia realidad en España donde todo está desbordado pues nada trascurre como antes... ríos sin mar... de cuanto nos acontece en nuestro país en los últimos tiempos, no sabemos dónde nos va a llevar y en que mares desembocará todo y si podremos navegar en ellos o no. Penas y glorias guerras y paz...y en ello estamos aterrados por una guerra que se enquista, que nos está dejando huérfanos de paz, de esa paz que necesita este mundo cada vez más encanallado y falto de faros. Pocos son los amigos que son de verdad... en esta sociedad tan cínica, tan interesada, quien tiene un amigo de verdad tiene un tesoro inmenso que debe guardar, cultivar y mimar. Porque cuántos son los que halagan al que triunfa, al que está en la pomada, al que tiene...y si fracasa, si ya no está en la cima o de moda o si cayó de la cumbre a la ladera se dará cuenta de que los buenos son los que quedan y los demás se van. Pero siempre hay esperanza, siempre, porque nos haya pasado lo que nos haya pasado a cada uno, siempre hay por quién vivir por quien amar, siempre hay por qué vivir, por qué luchar pues lo importante es el “camino” y cómo lo hacemos pues lo que quedan son las obras, ya que las gentes siempre se van pero otros vendrán que las continuarán. La vida sigue igual... Alzo la copa por ustedes, por el año nuevo que vamos a estrenar y porque desde lo más profundo de mi corazón pienso que, aunque la canción dice que la vida sigue igual, yo lucho para cambiar las cosas. La vida que estamos viviendo la podemos cambiar, estará en nuestras manos en este 2023 que es un año de esperanza porque podremos votar para que “La vida no siga igual”.

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