Dice el refrán: “cuando el diablo se aburre, mata moscas con el rabo”. El problema es que Juan García-Gallardo es el vicepresidente de Castilla ... y León y tiene en sus manos muchas de las decisiones que nos afectan a todos los castellanos y leoneses. Y no es bueno que un niñato como él esté alimentando a Sánchez y a sus socios que se mueven como las aves carroñeras en los estercoleros.

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La polémica generada por un indocumentado, prepotente y soberbio por la implementación de una serie de disposiciones, que textualmente se llaman: “medidas sanitarias relacionadas con el fomento a la natalidad y el apoyo a las familias” es un debate político en el que tanto Vox como el Gobierno sanchista y sus socios podemitas están manoseando nauseabundamente a las embarazadas, tengan la intención de abortar o no.

Nadie puede estar en contra de que se amplíe la cartera de servicios que se ofrecen a una mujer gestante si sirven para detectar posibles problemas en el embarazo. Servicios que, por supuesto, tendrán que ser recomendados por un ginecólogo. Por cierto, señor García-Gallardo, ¿ha consultado usted con algún especialista si es aconsejable cambiar los protocolos vigentes en el seguimiento de los embarazos? Ya le digo yo a usted que no. Por lo tanto, es un osado, que habla sin saber y sin más criterio que el querer reavivar la llama mortecina de Vox, bien porque es un imberbe atrevido o porque se lo mandan desde la oficina de Abascal y usted obedece ramplonamente sin ningún criterio.

A Javier Martínez-Guisasola, presidente de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) en Castilla y León, nadie le ha consultado nada y menos usted. Y afirma que no hay evidencias científicas de que en la ecografía Doppler, que es la que se utiliza para escuchar el latido cardiaco fetal, no exista daño para el corazón del feto. O sea, que además de tergiversar y retorcer una serie de medidas, que ni siquiera han sido aprobadas por el Consejo de Gobierno, con su ignorancia puede estar poniendo en peligro el feto de madres que no tienen decidido abortar. Definitivamente es usted un indocumentado atrevido al que el presidente de la Junta, Alfonso Fernández Mañueco, está tardando en destituir porque con la “hazaña” de su vicepresidente no está defendiendo ningún derecho a la vida, lo que está haciendo es alimentar el voto sanchista y poniendo en ridículo a esta Comunidad.

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Por cierto, señor vicepresidente, ¿le ha preguntado usted a las mujeres gestantes cuáles son sus necesidades? No lo ha hecho, porque tal vez con su respuesta se lleve una sorpresa.

El señor Sánchez y la señora Montero, la de ley que está poniendo en la calle o reduciendo condenas a violadores, nunca tendrán palabras suficientes de agradecimiento para la tontuna del vicepresidente de la Junta, Juan García Gallardo. Hasta el punto de que no quieren soltar el balón de oxígeno y han llevado el asunto al Consejo de Ministros para amenazar a Mañueco con llevarlo ante el Tribunal Constitucional por un conflicto de competencias.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, desde Davos, se ha tirado como un buitre y se niega a soltar la carroña que le ha puesto en bandeja el señor vicepresidente de la Junta. No le da vergüenza utilizar los tribunales de justicia para amedrentar a comunidades autónomas como la de Castilla y León o Madrid, mientras es comprensivo y misericordioso contra los que se niegan a cumplir sentencias y se saltan las leyes a la torera como hace el Gobierno catalán. Además, Pedro Sánchez están mintiendo porque sabe que no hay ningún protocolo aprobado y está utilizando al niñato de Vox para crear una cortina de humo que tape las excarcelaciones, el acercamiento de terroristas al País Vasco o la nefasta gestión económica.

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