ESTA semana LA GACETA entregó en el Casino de Salamanca los premios de su concurso intergeneracional de relatos -y microrrelatos- al ritmo de pasodobles y ... el maravilloso “Pensilvania 6.500” de Glenn Miller interpretados por la intergeneracional Banda de Música de Villamayor con chavales de 14 años y jóvenes de 89, según su director, Joaquín Hernández. Me gusta leer relatos de mis mayores, sobre todo ahora que avanzo hacia cierta edad, y recordar que antes de los móviles “los toques” eran piedrecitas a la ventana de la habitación, que la escalera de la comunidad de vecinos atesora más historias de las que creemos y mide nuestro pasado y la memoria, y que no es fácil meter en una maleta toda una vida, o sí; pregúnteselo a los palmeros volcanizados. Álvaro Maguiño, Rocío Pollo Martín, José María Sánchez y todos los participantes han escrito relatos magníficos y sobre todos abrazados a la vida y la memoria.

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La memoria de la Escuela de Salamanca estará presente esta semana entrante en el Casino, por gentileza de la Institución Cultural Alfonso X, cuya presidenta, Ana, estuvo en el acto de este periódico y me avanzó la participación de la profesora e investigadora Ana Carabias -la detective Carabias-y Ricardo de Luis, para hablar de aquella legendaria Escuela, tan necesaria hoy. La Institución ha sobrevivido a dos años de letargo, un vacío enorme, como el que dejó José Luis de Celis, su creador, que se marchó hace ahora quince años. Yeilín González y Teresa González resisten en el fuerte de la calle Compañía, donde nació, a los embates de esta pandemia, que no nos deja en paz. Esta semana nos ha dejado sin Nochevieja Universitaria formal y ya veremos qué arrastra próximamente. “Ómicron” es el monstruo que nos ronda, la nueva tanqueta de la pandemia, tan monstruoso como la violencia de género hacia la mujer, que tuvo su recuerdo esta semana. La Plaza Mayor -con su campanazo luminoso navideño- se llenó con la estremecedora música de Rosario Moro y Alejandro Céspedes como prólogo al acto oficial del 25-M introducido por la concejala Ana Suárez. La presencia en ella de Benjamín Crespo, presidente de la Cámara de Comercio, y José Vicente Martín Galdeano, de la patronal CES, me obligaba a preguntarles por el nuevo presidente de la patronal CEOE-CEPYME, Diego García, y si veían posible la unidad empresarial. La respuesta fue de manual: estamos esperando. García, por cierto, lleva a una mujer, Elena Borrego, de vicepresidenta, como corresponde a méritos y el tiempo en el que vivimos. Esa misma tarde la Plaza de Santa Eulalia celebraba los sesenta años de su establecimiento decano, “La Posada”, de Jesús Silguero, con numerosos amigos. Nació el 28 de abril de 1961 cuando aún estaba allí la histórica sede de Correos, pero no el aparcamiento subterráneo, el primero de Salamanca. Y sí, antes de todo, siglos atrás, hubo una posada. Unas horas más tarde se encendían las luces navideñas de la ciudad, se abrían rastrillos solidarios y se anunciaban mercados, como el de hoy a mediodía en el “Alameda”, impulsado por Begoña Luis, ya sabe, mi activista comercial favorita. Desde hace tiempo no se entiende la Navidad sin rastrillos, cuando algunos, todavía, recordamos el de “Nuevo Futuro”, con cuartel general en el Gran Hotel, que tuvo enfrente al “Rastrillo de los Pobres”. Uno de ricos y otro de pobres, se decía, como había casinos de ricos y de obreros. Y hasta ahora.

Despedimos noviembre con nuestra Araceli Mangas recibiendo otro premio; Helena González reivindicando el lado femenino de la Ciencia; Yaiza Cortés y María José Torrens, ejerciendo de luciérnagas científicas o Ángeles Almeida, del IBSAL, insistiendo en ello. Con Díaz Ayuso queriendo gobernar también a la España Vaciada; vaciada gracias a Madrid, entre otros. Rodrigo Cortés se ha paseado esta semana por las televisiones promocionando su nueva película, Ricardo Cavolo, se abre hueco en la ilustración gastronómica en la “Art and Delivery”, y Ramón Grande del Brío alumbra un libro sobre la provincia en la que todo es pura vivencia, como esos relatos intergeneracionales de LA GACETA, que reunió a tan buena gente.

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