Van quedando pocas dudas sobre la cena de Nochebuena y la comida de Navidad. Ante la incertidumbre del allegado, Alfonso Fernández Mañueco, presidente de ... la Junta, ha dicho que fuera allegados y en el famoso BOCYL –Boletín Oficial de Castilla y León—, que nunca ha tenido tantos lectores como estos meses, ha dejado impreso que las reuniones (una cena o comida lo es) solo deben contar con las “personas imprescindibles”. ¿Quién es imprescindible en una cena o comida navideña? Pues eso. Los imprescindibles. Muchos de ellos, lamentablemente, se han ido marchando en este desgraciado año, dejándonos un aviso como el de la famosa pizarra de la Plaza de los Sexmeros: los que dan consejos ciertos a los vivos son los muertos. Una inscripción que pondría en el BOCYL nuestro de cada día como recordatorio de los tiempos que vivimos, sobre todo si queremos seguir viviéndolos. La recordaba Pepe Ledesma en su poema dedicado a esa plaza con “curvaturas de vejez”: “Lápidas de muerte cierta”, escribió. Ayer se cumplieron quince años de la suya. Fue Pepe un allegado a muchas desgracias así que cuando tocaba disfrutar era un exagerado; por ejemplo, de la gastronomía: aquella cofradía del cerdo, en Guijuelo, o aquellas jornadas de Botijeros, que deberíamos recuperar como homenaje a la vida. Gozaba con las cosas del comer, que tantas alegrías nos han dado esta semana: Marcos Valle, Gonzalo Sendín, Rocío Parra, Alberto Rodríguez, Víctor Gutiérrez, Sara Cámara..., la última semana de nuestras turroneras albercanas en los Portales de San Antonio, de cuyo rocoso dulce no queda ya nada en casa: no ha llegado a Nochebuena, y me temo que las golosinas de Mari Luz Lorenzo, turronera artista y alquimista, vayan por el mismo camino, como el turrón de piñones de Alba, gloria bendita, como la poesía de San Juan de la Cruz y la prosa de Santa Teresa. El turrón de las artesanas de La Alberca no es un allegado en estos días sino un imprescindible, y también debiera publicitarlo el Boletín, como hace con otros asuntos. Hay más imprescindibles en la mesa, como los vinos de Arribes y la Sierra, nuestros embutidos ibéricos o los quesos de Las Arribes, que no deberían faltar en el aguinaldo de este domingo que traen y llevan coches antiguos en ayuda de las Hermanitas de los Pobres. Un aguinaldo imprescindible, como lo son las Hermanitas, que tanto cuidan de los allegados a su casa.

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No hay lugar este año para los allegados, lo dice el Boletín, que son las sagradas escrituras de la administración. El de Castilla y León está en manos de un médico (nada menos), Francisco Igea, pero sospecho que las riendas las lleva el secretario general de la Consejería, José Miguel García. Esta es una Navidad de imprescindibles y más ahora, cuando afrontamos otra ola, que vaya usted a saber a dónde nos arrastra. Aparecerá en los libros de historia cotidiana, como el que esta semana ha presentado Jesús Málaga, quizás en una serie futura de “Manuscritos de...”, como los de Luis García Jambrina, que ya tiene el “de barro”, como nueva entrega; seguro que inspira poemarios a Colinas, González Iglesias, Pérez-López o Ruano; será motivo de canciones o sinfonías. Por cierto, ojo a la espléndida exposición sobre David Bowie en el Museo del Comercio. Será necesario que todo repose después de que la pandemia termine, como sucede con las guerras y los grandes sucesos. Ponerlo todo en orden y quedarse con lo imprescindible y aparcar lo allegado.

Ya lo decía el BOCYL de ayer, cuyas escrituras son sagradas: “personas imprescindibles”. Dicho queda.

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