La política va muy ligada a la persuasión. Más todavía en campaña electoral, que para eso se prevén. Y para persuadir, es importante el relato, la historia. Es decir, hacerse valedor de la verdad, aunque sea a través de mentiras. Puede parecer muy rebuscado, pero ... la lucha por el poder, por satisfacer intereses económicos y por imponer orgullos ególatras ha caracterizado las sociedades desde que empezamos a organizarnos en ellas. Y nos hemos acostumbrado a las mentiras. A que no haya una ética que castigue al que lo hace, quedando impune. Y en medio de una época donde la comunicación se caracteriza por lo que ahora llamamos bulos y fake news a lo que toda la vida se han llamado mentiras, la lucha por el relato suele acabar muy enmierdada (perdónenme la expresión).
Publicidad
El último caso sobre el que se ha armado revuelo han sido las declaraciones del ministro de Consumo. En este país andamos todos bastantes justitos de nivel de inglés, pero mentir deliberadamente es otra cuestión. Todos tenemos un traductor a mano. En sus declaraciones, Garzón hacía referencia a las tan dañinas macro granjas, esas que cuando anuncian que van a llegar a un pueblo, sus vecinos saben que se acerca el final de su vida actual. Y de beber agua del grifo. Y no dudan en salir a manifestarse contra las mismas, porque, la verdad, es que cualquiera que conozca un poquitín el sector primario sabe la aberración que suponen este tipo de explotaciones. Porque, todo sea dicho, también esas empresas traen mentiras.
Pero esta no ha sido la única mentira que nos han querido colar últimamente. Desde el anuncio de elecciones anticipadas, en Vox han empezado a ponerle ojitos al campo. Con el paternalismo habitual de quien se cree superior, nos piden el voto rural para defender “nuestro estilo de vida y tradiciones” frente a “políticas progres”, alardeando de que “vivimos las consecuencias de dejar la legislación en manos de los que desconocen el campo”. Y me pregunto ¿ellos sí que conocen el campo? ¿De verdad están diciendo que se erigirán como defensores de los ganaderos y agricultores señores que defienden a capa y espada una política ultraliberal? ¿Acaso no se dan cuenta de que la autorregulación del sector supondría la muerte fáctica del campo?
Las reivindicaciones de los pequeños y medianos productores son claras: necesidad de regular los precios (también los de la electricidad y el gasoil); aprobar indemnizaciones por los daños causados por las alimañas; garantizar planes para el relevo generacional; y subvencioner las líneas de seguros agrarios, entre otras demandas. Todas medidas muy necesarias para tan maltratado sector. Y ninguna implica el libre hacer del mercado. Llegará el momento de poner en una balanza y valorar si se prefiere garantizar el futuro del sector o las promesas de derogación de la ley de violencia de género. Si no, acabará decidiendo la “mano invisible”. Esa mano que lucha contra los sociocomunistas que quieren marcar precios mínimos y que al final acaba cogiendo de los bolsillos de los pequeños productores, y llevándoselo al de unos pocos. Una mano que permite que, según datos del FEGA, el 80% de los fondos destinados a la PAC se lo lleven grandes empresas y ganaderos y agricultores de sofá.
Publicidad
No sé qué pensará el lector, pero yo estoy cansado de las mentiras. Y de salvapatrias de cartón piedra. La gente de pueblo no somos idiotas, por mucho que aún persista en el imaginario colectivo. Y los pueblos, nuestros pueblos, son mucho más modernos, abiertos y plurales que la idea concebida de gañanes cuyo modelo a seguir es Fernando Esteso cantando La Ramona. Que también los hay. Pero no porque señoritos con apellidos compuestos nos digan cómo ser. La defensa del campo pasa por hacer frente a sus problemas reales. Y eso no se consigue desde el barrio más rico de Madrid.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.