UN piso piloto para el futuro de España. Así de clarito definió a finales de marzo el líder de Vox, Santiago Abascal, el gobierno de coalición en Castilla y León, que ayer se estrenó con la investidura del salmantino Alfonso Fernández Mañueco como presidente de ... la Junta, gracias al apoyo de la inevitable ultraderecha.

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Una vivienda que Abascal quiere publicitar para vender muchas más en el resto de autonomías españolas. Ayer, sin embargo, le falló una campaña de promoción en la que tenía puestas muchas esperanzas. El nuevo líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, prefirió quedarse en Génova pilotando la reunión semanal del comité de dirección de su partido, en lugar de acercarse hasta Valladolid para arropar a su adalid castellano, no vaya a ser que le hicieran la morbosa foto que todo el mundo esperaba.

“Alfonso, te quiero mucho, pero tú te metiste en esto. Yo estoy a otras cosas”, debió de decirle con acento el gallego. Aunque, en un principio, no descartó acompañarle en tan agridulce trago, al final se lo pensó dos veces y encontró una excusa no demasiado perfecta para silbar y ponerse de perfil. Me da a mí que Feijóo duda (y mucho) de la calidad de los materiales de este inmueble y prefiere no salir en los folletos promocionales de momento. Ya ha dicho, por activa y por pasiva, que su intención es llegar a la Moncloa en solitario, que la multipropiedad no es un sistema que le agrade.

A falta de lo que haga Mañueco con su equipo, Vox ya ha colocado a tres hombres en diversas estancias de la nueva residencia gubernamental de Castilla y León. En la cocina, por ejemplo, aparece Gerardo Dueñas, el nuevo consejero de Agricultura, un ingeniero que sabe de campo, que fue gerente regional de ASAJA y también director general de una entidad que llegó a aglutinar a 15 cooperativas. A priori, un tipo con un perfil muy técnico, capaz de aparecer en las listas de deseables por cualquier partido que se precie. Así que no pintan mal el alicatado y los electrodomésticos.

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En la terraza de este ático, oteando el horizonte, encontramos a Mariano Veganzones, el nuevo consejero de Industria y Empleo. Cuenta con una dilatada trayectoria en la Junta de Castilla y León, donde ha ocupado diversos cargos en las consejerías de Educación, Familia y, cómo no, también en Empleo. A esta experiencia, le añade ser el coordinador de Vox en Valladolid. Es decir, otro técnico pero con un ramalazo político más marcado. Mañueco ya lo ha sufrido en sus carnes durante la precampaña electoral a través de unos hirientes mensajes en Twitter. Las vistas desde el balcón, por lo tanto, no son tan bonitas como en un principio podrían parecer.

Y en el salón aparece bien acomodado en el sofá Gonzalo Santonja, el nuevo consejero de Cultura, Turismo y Deportes. El bejarano dirigió durante casi dos décadas el Instituto Castellano y Leonés de la Lengua y se ha caracterizado, desde siempre, por su defensa a ultranza de los toros. Si no hace mucho ruido, será uno de los lugares de la casa más confortables para vivir y sestear.

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La clave, como en todos los hogares, estará en el dormitorio (qué les voy a contar). Allí compartirán catre Alfonso Fernández Mañueco y Juan García-Gallardo. Nadie duda de que en esa cama uno duerme mirando a un lado y el otro mirando al contrario. Habrá que ver quién es el dominante en el kamasutra de la pareja, es decir, quién va a marcar la agenda de los próximos meses. De inicio, aunque se nos quiere vender que la morada está construida sobre unos sólidos cimientos, en cada rueda de prensa que ofrecen ambos se aprecian grietas, como las provocadas por las diversas formas de pensar ante las leyes de la violencia de género o la memoria histórica. De cómo se resuelvan estos desconchones, los compradores de casas –sobre todo andaluces- tomarán sus decisiones. A ver qué dicen cuando les soplen el precio del piso.

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