P OQUÍSIMAS semanas tan entretenidas como esta en la que se anunció que Unionistas jugaría la próxima eliminatoria de la Copa del Rey frente al ... poderoso Real Madrid y en la que sin venir a cuento y con dispar fundamento, todos hemos acabado opinando sobre dónde debería jugarse este partido, si en casa propia, como es natural, o en la de su “enemigo” futbolístico y máximo rival en la ciudad.

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Los primeros en entrar al capote, como es habitual, han sido nuestros políticos, como si todo lo demás marchase de campeonato y no tuvieran ninguna cosa más importante de la que ocuparse. Nuestro alcalde, Carbayo, y nuestro exalcalde, señor Mañueco, al unísono, opinan que debería jugarse en el Helmántico. Los socialistas Pablos y Mateos, sin embargo, son más partidarios de que se dispute en Las Pistas, feudo habitual del equipo salmantino.

El que más lejos ha ido sobre este particular, como ocurre casi siempre, ha sido Mañueco, al que han terminado cruzándosele los cables y creyendo que se dirigía al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en vez de a la directiva del Unionistas, le pedía nada menos que “altura de miras y atender al interés general”. Evidentemente, confunde el oficio de político con el del presidente de un club. Políticos y directivos de clubs tienen en común que suelen reservarse los sillones más confortables de los estadios y que les gusta mucho tomar decisiones a veces incomprensibles para el común de los mortales, pero se diferencian en que mientras un buen político debe ocuparse efectivamente del interés general, la obligación del presidente de un club de fútbol, es atender exclusivamente a los intereses del club que dirige y a lo sumo estar atento a lo que le pidan y exijan los socios y aficionados, esos que cada semana apoyan al equipo, los que están a las duras y a las maduras, con lluvia o sol y no sólo los días de fiesta mayor y partido histórico.

Dicho de otro modo y para entendernos: si dejamos que el fútbol se rija por sus propias leyes, siendo justos y realistas, estaba meridianamente claro que debería haber las mismas posibilidades de que se jugase en el Helmántico como de que Unionistas consiga eliminar de la copa al Real Madrid. Es decir, si acaso, por alineación indebida.

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