Ciudad Rodrigo es un buen ejemplo de muchos de nuestros problemas endémicos, de nuestro desesperante conformismo y pasividad; ejemplo de nuestra idea castellana de vida: ... esperar la muerte. En tantas cosas aún somos parte de Las Hurdes que filmó Luis Buñuel. Orgullosos de nuestra miseria y felices por tener al fin agua corriente...
Publicidad
Nunca he entendido, y así lo he escrito mil veces a lo largo de otros tantos años, cómo Miróbriga nunca ha sido vendida como lo que es: una joyita a las puertas de Portugal. Nunca he entendido que la localidad salmantina -junto al maravilloso Campo Charro- no sea un lugar de parada obligada para tantos miles y miles de personas como transitan a su lado, ajenas a un lugar tan espectacular. Y aunque se dan pasos muy importantes, como la Feria de Teatro, que este año cumple su XXV aniversario, aún está casi todo por hacer, tanto por lo público como por la iniciativa privada. Seguimos invirtiendo en Madrid para maquillar nuestros complejos pueblerinos, y no se nos pasa por la cabeza ni por asomo invertir en Salamanca, no digamos en Ciudad Rodrigo, en Béjar, o en Guijuelo. Triunfar en TriBeCa o en Jorge Juan no tiene mucho misterio, solo hace falta dinero, pero hacerlo en mitad de ninguna parte, sí. Y lo mejor, si hubiera verdaderos visionarios y emprendedores, es que en Salamanca, Ciudad Rodrigo, Béjar o Guijuelo hay muchos diamantes en bruto por pulir.
Y otro gran ejemplo de este camino de miseria y abandono (en definitiva, despoblación), lo puso ayer LA GACETA al informar de la licitación de una obra de mejora en el Parador de Ciudad Rodrigo; una actuación de casi 2 millones de euros para remodelar los baños... que, atención, ha tenido una demora de cuatro años desde que fuera aprobada por el Gobierno de Rajoy en 2018. Y lean, lean: cuatro años para dar luz verde solo a una renovación de los cuartos de baño, y anunciado además en plena campaña electoral de Castilla y León. Vota a Pedrito.
El histórico Parador mirobrigense no tendría que estar siendo objeto de mejoras puntuales, sino que tendría que haber sido remodelado a conciencia para ser en sí mismo, tanto a nivel hotelero como gastronómico, un polo de atracción único, un faro para la ciudad y un reclamo para aquellos que viajan por la A-62, principalmente para aquellos que buscan la excelencia, lo mejor, La excelencia, subrayen el concepto, es la respuesta.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.