L UCES, cámara, acción... Empieza el espectáculo. Ya estamos en campaña, ya nos van a vender los pingües beneficios de votar a tal o cual ... partido. Nos van a intentar convencer de que todos son mejores que Teletienda y que votarles a ellos son todo ventajas.
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Y para eso usan la mejor herramienta que tienen. El olvido. Mejor dicho, que olvidemos, que tiremos de memoria a corto plazo para no pensar en lo que dijeron ayer o, más bien, en lo que hicieron ayer. Y, la verdad sea dicha, somos buenos olvidadores. Estamos tan enamorados de la piedra en el camino que, además de tropezar con ella, la saludamos y le damos dos besos.
Y hay mucho que olvidar. De todos. Del primero de Tudanca que, por si se te había olvidado, fue el ganador de las elecciones. Quizá de Tudanca se nos puede haber olvidado hasta que existe, porque vérsele, se le ha visto poco. Tudanca, por su parte, quiere que nos olvidemos de Sánchez, que no pensemos que él es su gran líder, no vaya a ser que aparezca Su Sanchidad por Castilla y León y se repita el expediente Ayuso.
De Mañueco... De Mañueco parece que, en algunos momentos, hasta él mismo se olvidó de que era el presidente de la Junta, también es verdad que Igea vivía feliz entre focos y micrófonos, pero, de nuevo, el expediente Ayuso parece que le ha sacado de la cueva, al que debe ser (desde mi punto de vista) el próximo presidente de la Junta.
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Igea pretende que olvidemos que nos metió en casa a la hora que él quería, que no era la hora que la ley le permitió. Que alguno dirá, de ocho a diez tampoco había tanta diferencia... Bueno, por ejemplo es la hora en la que suelo cenar y que pregunten los hosteleros lo contentos que estaban con ese horario.
Vox quiere que nos olvidemos de todos los demás, que pensemos que la suya es la única opción lícita, lógica y válida, y cuidado que empiezo a notar que muchos identifican a los que llevamos banderas de España con ese partido, y eso es un problema que habría que tratar a fondo. Quizá en otra columna.
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Podemos... Podemos juega a la memoria selectiva. Podemos vive de pajas en ojo ajeno, dejando las vigas en el propio en barbecho (ahora que el tema del campo está tan de moda) quizá para otra vida. O no.
Qué bueno es el olvido, qué cómodo sería poder mandar y decirle a todo el mundo lo que tiene que recordar y lo que no. Y puede que pienses que no lo van a conseguir, que tú eres libre de tus recuerdos. Ja. Ojalá. Pero ja. Y de tanto pensar en el olvido casi me olvido de esta columna.
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