La presentadora Ana Pastor fundó, hace un par de años, la productora de contenidos Newtral. Curioseando en su página web encontré su memorando de servicios ... e intenciones. De entrada me escamó que sólo después de diecinueve palabras apareciese como estandarte —cito textualmente— la siguiente frase: «Ana Pastor que es su única accionista: ninguna otra persona, compañía u organización empresarial forma parte de su accionariado». Excusatio non petita, accusatio manifesta. Continúo leyendo y entre las áreas de negocio a las que se dedica consta, en primer lugar: «La producción de programas de televisión». Hasta aquí parece una empresa audiovisual más (y por las cuentas depositadas le va bien). Lo más llamativo viene ahora: «...la innovación en el periodismo a través del fact-checking (verificación de datos)...». Esto sí me genera suspicacias.

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Ana Pastor, cónyuge de Antonio García Ferreras —el “imparcial” presentador de la Secta—, funda una empresa en la que entre sus principales objetivos se encuentra el desmentir las “noticias falsas”. Por lo que se extrae de leer sus intenciones se tiene que suponer que funcionan como un ente imparcial que desmiente, desde su omnisciencia, las “mentiras” que puedan ser publicadas en los medios o, por ejemplo, pronunciadas por determinadas personas.

Desde un primer momento declaran que su empresa no está dirigida por ninguna otra persona u organización de opacas intenciones como, podría ser, así de manera fortuita, la Open Society de George Soros, otras ONGs o, incluso, estados. Pero; ¿entonces de qué come la empresa? En cualquier empresa hay un refrán; quien paga manda y eso atañe también a las subvenciones estatales. Ignoro las costumbres en Madrid —tierra natal de Ana Pastor—, pero imagino que no serán muy distintas de las del resto de España, y si me apuras de las del resto del mundo. Creo, queridos lectores, que ya comprenden por donde voy.

¿Quién paga a Ana Pastor por desmentir las “noticias falsas”? ¿Cómo decide la empresa de Ana qué noticias desmentir y cuáles no? Y, siendo un poco mal pensado; ¿cuánto dinero costaría desdecir una verdad? ¿Podría otra empresa pagar a Ana para hundir el prestigio de una tercera empresa?, ¿o quizás para acabar con la credibilidad de alguien molesto? Insisto; el consejo directivo de Newtral puede ser cristalino, pero ignoro las intenciones de aquellos que los contratan. ¿Cuál es el precio de su newtralidad?

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¿Se trata de una Policía del Pensamiento?, todos los caminos llevan a Orwell. Tenemos a una entidad que se alza como adalid de la “verdad”, a sueldo del mejor postor, para desmentir extraoficialmente las noticias... u opiniones. Años de estudios periodísticos, comunicación, edición y trabajo tirados por la borda. Ya nada es verdad si Newtrola no dice que es verdad. Lo peor es que habrá ilusos que, en su ignorancia, tomarán aquellas verdades como dogmas de infalibilidad papal.

Y así nos va.

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