Siempre he presumido de “Nada”, pues para el gran público, entre el que incluyo a buena parte del populismo educativo, los libros, los datos, las ... hemerotecas, son La Nada. Siempre he presumido de los datos que atesoro en mi caos de papel -una viñeta de Mingote, sin ir más lejos- y del dineral que se gastó mi madre en abonar mi mente.

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Y esta pequeña introducción viene a cuento de que la verdad no está en Google, pues Google sólo nos hace “estoopidos” (gracias Nicholas Carr); la verdad está en el brillo del papel, o, lo que es lo mismo, en la curiosidad y la ulterior reflexión, algo demodé. Y hoy, época de mucho silencio amniótico, hay tiempo para todo, además de caminar, cocinar, o enamorarse de la abogada Kim Wexler. Hay tiempo, mis papeles no mienten, de ver cómo el presente está escrito en el pasado... En el año 2000, Felipe González celebraba en “El País” los 25 años de nuestra Monarquía: “De nuevo parece que volvemos a las andadas. A la política que alimenta rencores. Al uso de la Constitución como arma arrojadiza que excluye en lugar de incluir. Y esto significa que se avecinan tiempos de crisis política, de nacionalismos centrales y periféricos en línea de colisión”... Y seguimos: “El arte de la mentira”, portada de “The Economist” en 2016: “La fragmentación de las fuentes de noticias ha creado un mundo atomizado en el que las mentiras, el rumor y los cotilleos se han extendido con alarmante velocidad (...) La mayor preocupación se da en países como Rusia y Turquía, donde sus autócratas usan técnicas de la posverdad para silenciar a la oposición”. Añadan hoy a España.

Y más: Víctor Lapuente en “El País” (2016) escribía en su artículo “Pastores o borregos” que “El nuevo político concentra sus esfuerzos en los temas que fracturan a la sociedad en dos bandos (...) Cuanto más se hable de lo que nos divide a los españoles, y menos de lo que nos une, mejor”. Manuel Cruz, también en “El País” (2017) decía que “Nuevos actores de la vida política alardean de que con ellos ha llegado otra forma de hacer las cosas”. Lo vemos. El futuro era hoy.

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