Recuerda muchísimo este asunto de Messi que nos ha entretenido durante las últimas semanas aligerando saludablemente el nubarrón epidemiológico, a la historia de ese viejo ... matrimonio en el que tras toda una vida juntos, él recibe la llamada de una joven pretendiente, hermosa y sensual, que le propone la huida con la que recuperar la felicidad perdida y los más intensos placeres para acabar con esa decadencia en que se ha convertido su vida diaria con el desgaste propio de tantos años de convivencia.

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Deslumbrado por ese pelotazo de ilusión que le ofrece esa nueva pasión amorosa, el marido huye de casa, dejando una nota manuscrita prendida a un imán en la nevera en la que le explica a su mujer que tiene todo el derecho a ser feliz en los brazos de quien le ofrece la excitación y el entusiasmo de esa aventura tan memorable con la que ya comienza a sentir mariposas en el estómago y con la que podrá recuperar la sonrisa esos últimos años que le queden de vida.

Muy lejos de sentirse avergonzado, el veterano esposo que desde muy joven siempre disfrutó de los desvelos y el amor incondicional de una esposa que lo cuidó como a la estrella más brillante del firmamento, concediéndole todos los caprichos, ahora despotrica contra todo aquel que, tras su intención anunciada de fuga con la joven casquivana, se atreva a dudar del amor tan incondicional y eterno que asegura sentir por su vieja esposa, a la que a pesar de todo sigue llamando el amor de su vida.

Lamentablemente, un poco antes de salir para el aeropuerto a reunirse con su joven amante, recibe una carta en la que sus abogados le explican que el affaire con que el que esta fantaseando tendrá sus consecuencias pecuniarias y que el divorcio no le saldrá gratis como pensaba.

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Finalmente, y tras algunos días desaparecido reflexionando recluido en un hotel, el esposo da por abortada la operación y anuncia que regresará de nuevo a casa a reunirse con su mujer de siempre, es cierto que no por deseo propio, sino obligado por las circunstancias económicas y asumiendo que ese matrimonio que en su día le hizo feliz ahora es un completo desastre. Y en ese punto comprometido y comprometedor, parece que estamos, muy pendientes del absurdo desenlace.

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