Hay que parar, y en seco, a Pedro Sánchez. Hay que parar a este Gobierno fratricida, comunista (por tanto, totalitario), irresponsable, lacayo de terroristas e ... independentistas, borracho de ego e ignorancia, moralmente corrupto y muy salvaje. Ahí están los 50.000 muertos, y sumando, de la pandemia en España, y los cientos de miles de personas “normales”, como usted y como yo, que estamos siendo día tras días lapidados por estos bárbaros liberticidas que nos han señalado sólo dos caminos: la tumba o la miseria. Detengan a Sánchez.

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Qué más quieren, que más queremos los españolitos: no tenemos nación, ¡¡no tenemos idioma!!, no tenemos Historia, sólo la que esta gentuza resentida y troglodita marca; no tenemos libertad, no tenemos trabajo ni negocios, no tenemos representantes (el Congreso de los Diputados es una bufonada de meros palmeros). No tenemos oposición ni quien nos defienda con contundencia, decencia, rigor y sentido común, salvo los destellos de Vox. Detengan a Sánchez.

No tenemos idioma, españolitos míos: se acabó hablar español. Ganaron los nazis de pueblo, gana Torra y su odio loco: hablamos la lengua de las bestias. Sí, eso les arenga Torra a los “catalinos”, los amigos de Sánchez, quienes le sostienen la escupidera junto a los terroristas. Españistán en estado puro. Detengan a Sánchez.

Estamos rodeados: no nos queda nada. No queda cultura, ni educación, ni horizonte, ni ilusiones, ni un café en un bar. Sólo mascarillas, candados y zulos, el nuevo hogar. El zulo que tanto ensayaron los asesinos de ETA, esos canallas que andan sueltos por ahí ante la indiferencia de los españolitos vascos... y castellanos, y madrileños, y extremeños. El olvido era su as en la manga. El olvido y la intoxicación. Dementes y al zulo, así hemos acabado. Están ganando. Los lerdos ganan, los malos ganan, los inmisericordes ganan. Detengan a Sánchez.

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Y pronto no podremos leer. El españolito perfecto: más bruto que un arado, bruto y zombi, es lo que nos espera. El laboratorio comunista funcionando a toda máquina con el patrocinio de los Maduros-del mundo-uníos. Ya ven, Nicolás Maduro nuestro líder, nuestro guía hacia el barranco. Y ni podremos leer, ni podremos escribir, ni opinar, ¡todos a la cárcel!

Muy pronto hablar será un susurro y la democracia una foto en blanco y negro. Un recuerdo feliz, lejano, algo que pudo ser y que un tal Zapatero jodió. Estos tíos han corregido al mismísimo McLuhan, mi ídolo de la facultad: el político es el mensaje. Ni periodistas ni medios. Ellos. Detengan a Sánchez.

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