LA reina de Inglaterra recibió ayer a un comendador de la Orden del Imperio británico, que la víspera había sido acogido por el premier ... inglés, Boris Johnson. Bueno, ¿y a mí qué?, se preguntarán algunos. Pues que el galano invitado es de Villavieja de Yeltes y más charro que el botón. Y que como presidente de una de las grandes empresas españolas del Ibex 35, Iberdrola, adquirió en su día en el Reino Unido Scottish Power, va a seguir invirtiendo allí, ahora, más de 6.000 millones de euros, creará más de 7.000 puestos de trabajo de alta cualificación, y suministrará energía a 2,7 millones de hogares británicos. ¿Qué tal? Cifras tan astronómicas marean, pero son de una elocuencia abrumadora. Y ver a nuestro paisano, saludando a la Reina Isabel II –ambos sin mascarilla-, que le mira complacida y cruza con él una conversación, sabiendo que previamente Johnson le había acogido diciéndole “gracias por tus inversiones y compromiso... tú siempre eres bien recibido”, ¿qué quieren que les diga?, son cosas que como salmantino me enorgullecen.

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Pero es que esa afectuosa recepción real me ha traído el recuerdo de otra comparable del rey Alfonso XIII, hace un siglo, distinguiendo a su montero mayor -“asesor práctico y director forestal”, en el lenguaje burocrático-. ¿Y eso qué tiene que ver? Pues que el invitado iba vestido de charro y el rey le dio preferencia en la recepción, apremiando: “¡Paso al alcalde de Villavieja!”. Como me lo contó su hijo, mi recordado amigo Vidal García Tabernero Orive (senador constituyente), lo cuento. Pero hay más. Aquel alcalde fue ejemplar, y basta leer en “Tierra charra” -espacio creado en Internet por villaviejenses-, el artículo que le dedicó en su anuario de 1926 el diario madrileño “El financiero”, titulado “Un charro célebre: José Manuel García Orive”. Por citar un solo detalle, si hoy los montes del Pardo son lo que son, es porque aquel charro “convirtió en magnífica floresta lo que antes era únicamente infernal carrasca”.

Los que hayan llegado hasta aquí se seguirán preguntando, ¿y qué más? Pues que quiero enlazar ambos acontecimientos, no por capricho, ni porque sus dos protagonistas son oriundos -con muchos años por medio-, de Villavieja de Yeltes, sino porque el destino -como si de una novela se tratara-, unió al protagonista de esta semana, con una descendiente de aquel buen alcalde. El actual presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, creo recordar que dirigiendo ya Tudor, acaso pensara “quise yo ser como mi padre era/ y busqué una mujer como mi madre,/ entre las hijas de mi hidalga tierra”. El caso es que el prometedor galán, acabó contrayendo matrimonio con Isabel García Tabernero Orive, nieta del alcalde José Manuel, hija del senador y excelente ganadero Vidal, y de la también villaviejense y de familia ganadera prestigiosa, Isabel Ramos, que presume -no es para menos-, de tener seis bisnietos de la estirpe. Me pongo entre cursi y anticuado, para añadir que la esposa soporta perfectamente la comparación con las montarazas de Gabriel y Galán, también con la robusta como una encina, “sencilla para pensar,/ prudente para sentir,/ discreta para callar,/ y honesta para decir”.

No saben ustedes que satisfacción produce desdeñar las ruindades de la vida política, guardar la garrota y desenfundar la pluma, para elogiar a una familia salmantina de pura cepa. Ellos tratan con sencillez a sus amigos mientras son distinguidos por magnates, gobiernos (extranjeros), reyes o reinas. Que haya noticias de alcance que se refieren a la brillante presencia de España en Inglaterra o EEUU, gracias al buen hacer de un coterráneo, ayuda a olvidar las mezquindades que nos rodean y a sacar un legítimo orgullo charro. Por eso, titulo mi sabatina coloquialmente, como diría cualquier salmantino, hablando de esta familia: Coño, es que son de lo mejorcito...

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