Para los “nuevos” socialistas y comunistas españoles, meros franquistas pero sin valores ni plan alguno para nada que no sean ellos y después ellos, Cuba ... sigue sin ser considerada una dictadura, al contrario, para estos indocumentados es la tierra prometida. Cuba con euros, ¡viva la revolución, merluzos!

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Otra vez Cuba y otra vez los cubanos en las mazmorras del régimen genocida castrista, sin que nadie, ni en Washington ni en Madrid, las dos principales capitales cubanas más allá de La Habana, hayan hecho nada por aliviar una situación política y social dramática, al igual que ocurre en Venezuela. Obama hizo el ridículo con una apertura de relaciones que fue un fracaso y un engaño, y España ni está ni se le espera ni siquiera para denunciar el continuo desprecio a los derechos humanos que se ejecuta impunemente en la isla desde hace 60 años. Mientras, nuestros jóvenes siguen llevando con orgullo las camisetas con la figura de aquel canalla llamado Ernesto “Che” Guevara. No hay nada como la ignorancia para convertir la mentira en verdad y endulzar la represión, gracias también a ilustres retrasados de Hollywood, como el director Oliver Stone. Lo de menos es la libertad y la democracia, ¿a que sí, Pedro Sánchez?, sin importar la miseria y el hambre que durante seis décadas ha machacado al pueblo cubano mientras los extranjeros brindábamos por nuestra libertad en La Bodeguita del Medio o en el Floridita, codo con codo con Hemingway, y con una suite maravillosa esperando en el “Meliá Cohiba”, tan lejos de las cárceles del régimen y de las prisiones el exilio.

Pero si hay un país con responsabilidades sanguíneas y morales en Cuba, ese es España, que nunca ha sabido defender su capacidad mediadora entre La Habana y el mundo libre, quizás porque España nunca ha sido del todo parte del mundo libre, nunca ha creído en ella misma. Ni en su libertad, ni en su democracia. Ni en su Constitución, y de ahí los recelos y los complejos en llamar dictadura a lo que es una dictadura en 2021, año en el que la izquierda española sigue alimentándose del franquismo y de las memorias sectarias.

Si no nos amamos a nosotros mismos, si no nos conocemos, ¿cómo vamos a defender a nuestros hermanos cubanos?

Por Cuba, libre.

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