EL expresado verso pertenece a la seguidilla: Salamanca, la blanca, / ¿quién te mantiene? / Cuatro carboneritos, / que van y vienen. La idea del “mantenimiento” ... es común al folklore hispano americano, variando los versos 3º y 4º; en España, según la región, se modifican los 1º y 3º y en la misma provincia salmantina se cambia únicamente el 3º que se sustituye por “arrieros de La Tala” o “cuatro bejaranitos”.
Publicidad
Carmen Martín Gaite fue la que más “salmantineó” por el mundo, pues todas sus charlas y conferencias, que fueron muchas, las culminaba cantando con timbrada voz “Salamanca, la blanca”. Se la escuché por última vez en el Salón de la Fundación Ramón Areces, en conferencia conjunta con Ricardo Senabre Semper, Manuel Fernández Alvarez, Luciano G. Egido y Francisco Rodríguez Adrados, el 27 de febrero de 1996.
Es curioso que no he encontrado la seguidilla ni en el Cancionero salmantino de don Dámaso Ledesma, ni en el Nuevo cancionero salmantino de don Aníbal Sánchez Fraile.
El oficio de carbonero tuvo una gran importancia a lo largo de los tiempos, aunque no siempre fuera reconocido así, lo que hizo de ellos personas tímidas y cortas que, cuando llegaban a las fondas, formaban rancho aparte en el rincón más oscuro y las mesoneras les “echaban” el vino con desprecio, al igual que hacían con los segadores.
En Salamanca antes de construirse la Plaza Mayor y en la enorme plaza de san Martin ocupaban los carboneros todo el territorio cercano a la iglesia de san Julián y la calle de Hovo Hambre, que luego se delimitó perfectamente al separarse la Plaza de los Carboneros por la construcción de la isla de cajones firmes, antes de edificar el lienzo del Pabellón Real. Prácticamente era la extensión que en 1909 ocupó el Mercado Central de Abastos. Se denominó también Plaza de la Fuente por la que existía desde 1691 y en el siglo XVIII en esa plaza se celebraba el “mercado franco” los martes y toda la “Feria” de setiembre, ambos acontecimientos de concesión real.
Publicidad
Pasaron los puestos callejeros de los carboneros a ocupar el vacío que había dejado libre la demolición del monasterio de san Carlos Borromeo de los Clérigos Menores en 1841 en la que luego se llamó Plaza de Colón, entre el Palacio de la Salina y la Torre del Clavero, por lo que se denominó al lugar como Plazuela del Carbón o de La Leña. Consistían en una hilera de chabolas con pies derechos de madera, paredes de tela y techumbres de lona. Al lado se alineaban las casetas de los zapateros de viejo.
El oficio de carbonero era de los más sacrificados y destacaron los de algunas localidades como Matilla de los Caños, la vecina Villalba de los Llanos o Robleda. Trabajaban en el monte con largas estancias pues la fabricación del carbón vegetal requería vigilancia constante durante 15 días quemando y 8 sacando, por lo que dormían junto a los hornos en sacos de paja. La comida, indefectiblemente, consistía en torreznos de tocino frito por las mañanas, a mediodía alubias con tocino cocido y para la cena patatas cocidas con tocino frito, acompañada todas de pan y agua.
Publicidad
La carbonera en el monte consistía en colocar los propios troncos de leña en forma cónica en montículo semejante a un volcán, cubriéndolos con capa de tierra de unos 20 cm de espesor. Tenía que estar perfectamente tapada porque la madera no debía arder. En la parte superior se practicaba una chimenea y en la inferior se colocaban respiraderos para avivar el fuego. Se introducían brasas por la chimenea y se calentaba con tacos de madera. La vigilancia había de ser constante para conocer el estado de la combustión, el color del humo desprendido que denotaba lo que dentro se estaba cociendo y el taponamiento de agujeros. A los 25 días los troncos se había convertido en carbón, transformándose 5 kilos de leña en 1 kilo de carbón, listo para su transporte y venta.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.