La industria del miedo siempre ha sido muy rentable, aunque en ocasiones no se sepa muy bien quién se va a lucrar con el temor ... a, por ejemplo, un contagio de un nuevo virus.

Publicidad

Lo cierto es que los medios de comunicación han colaborado de un modo directo a la hora de generar esta alarma. La atención prestada a la infección por coronavirus es absolutamente desproporcionada si tenemos en cuenta los números. Al menos hasta el momento.

China cuenta con una población de 1.387 millones de habitantes, lo que viene siendo 1.340 millones más que España, donde vivimos 47 millones. Pues bien, la incidencia de la enfermedad allí es del 0,000007 por ciento. Una ridiculez insignificante. A esto hay que añadir que son más los enfermos que se curan que los que mueren debido a la baja tasa de mortandad entre los que han tenido la mala fortuna de contagiarse. La tasa en cuestión ronda el 3%. Vamos, que sólo se mueren tres personas de cada cien que se enferman.

Este despropósito -y las consecuencias de racismo y xenofobia contra la comunidad china que provoca el miedo al contagio- es ahora la principal preocupación de los gobiernos y de la Organización Mundial de la Salud.

Publicidad

“Hay que combatir el pánico innecesario”, declaraba Silvie Briand, directora de enfermedades pandémicas de la OMS. “El Gobierno condena cualquier signo de xenofobia”, portavoceaba la ministra Montero. Irene no, la otra, tras el Consejo de Ministros del martes –ni te cases ni te embarques-.

Y es que no sólo los vecinos de Vietnam, Indonesia o Filipinas han encontrado una justificación para redoblar su odio contra los chinos a costa de la exageración informativa del coronavirus (un único muerto entre los tres países asiáticos que suman 465 millones de habitantes), es que el odio ha llegado a Europa, España incluida.

Publicidad

En Italia atentaron contra un grupo de turistas, en el metro de París una ciudadana china sufrió una agresión y en Huelva un grupo de estudiantes vio cómo se les prohibía la entrada a un bar.

En nuestro país seguimos sin tener ningún español contagiado. Y eso que hemos tenido en cuarentena a unos cuantos (Barcelona, Bilbao, Ciudad Real, Málaga, Granada, Madrid...) y los medios se han tenido que conformar con seguir a un alemán aislado en La Gomera que –vaya por Dios- se recupera favorablemente.

La comunidad china que vive entre nosotros, por su parte, se ha organizado a través de las redes sociales para denunciar el racismo que sufren por el estigma de una enfermedad -real y ante la que hay que protegerse- absolutamente sobredimensionada por los medios. Con la etiqueta #yonosoyunvirus tratan de prevenir el rechazo.

Publicidad

Sólo en Huelva hay más afectados por el racismo del coronavirus que del propio coronavirus en toda España.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad