La vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, ya ha notado en su cesta de la compra la ... rebaja del IVA de los alimentos de primera necesidad. Es una suertuda, porque mientras el resto de los mortales abrimos la cartera y nos la encontramos vacía, a ella hasta le sobra para aprovechar las rebajas.
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Sus consejos: buscar las ofertas y comprar la fruta de temporada. A mí, con la mitad de responsabilidades que la vicepresidenta de Sánchez, no me da la vida para andar comparando precios y buscando los “chollos” de supermercado en supermercado. Tampoco me salen las cuentas, porque tanto las naranjas como los kiwis, que son las frutas de febrero, están por las nubes. No me explico dónde consigue las gangas este Gobierno para advertir la rebaja de los productos de alimentación.
Yo le propongo a la vicepresidenta que nos haga cada día una lista de ofertas para facilitarnos el trabajo a los que somos mucho más torpes. Reconozco mi incapacidad para detectar las ofertas, para saber qué es lo más barato, cuándo tengo que comprar un producto y cuándo otro. Admito que debo ser una auténtica inútil y que no consigo, por más que lo intento, rebajar la cesta de la compra. Lo único que sé es que los precios de los alimentos se han disparado a pesar de la eliminación o de la rebaja del IVA que aplicó el Gobierno a finales de año. Mi factura al final de mes no ha disminuido, más bien todo lo contrario. Ni en el aceite, ni en la leche, los huevos, las frutas, las legumbres u hortalizas noto la supuesta bajada del precio.
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, que cada vez que habla de estos temas hace subir el pan, ha dicho que “hay razones objetivas para esperar una paulatina disminución del precio de los alimentos en los próximos meses”, ya que los principales costes de producción como energía, piensos o fertilizantes que, según él, fueron los principales causantes del aumento progresivo de la inflación han empezado a bajar.
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Lo del señor Planas es como lo de la bruja Lola mirando la bola de cristal para resolver el misterio de los objetos volantes no identificados que derribaron aviones estadounidenses hace unos días.
Los indicadores de Planas apuntan a que “los precios de los alimentos pueden haber tocado techo” o no, que diría un gallego. Este hombre solo sabe hablar de cosas etéreas, frases hechas que casi nadie es capaz de entender.
El algodón que no engaña es el de las amas de casa cuando van al mercado. Es el mejor indicador, señor ministro, que ustedes venden humo y propaganda política, pero la realidad de lo que ocurre cada día en los hogares de esta España nuestra, es otra. A Planas lo que le falla es el partido y la bola de cristal porque tampoco es capaz de escuchar a los agricultores y ganaderos, que se están quejando de que sus explotaciones son ahora mismo insostenibles. No son rentables en muchos casos.
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Todos hemos notado que desde principios de año pagamos mucho más por cualquiera de los alimentos básicos, incluido el pan del que ha desaparecido el IVA.
Salamanca es una de las provincias más perjudicadas por el incremento de los precios. En esta provincia la reducción o eliminación del impuesto ha pasado prácticamente desapercibida. De hecho, es una de las diez de España en la que más se ha encarecido el carro de la compra en el último año.
Y mientras contamos para llegar a fin de mes, los socios del Gobierno, es decir Podemos y el PSOE, se tiran los trastos a la cabeza y esconden sus vergüenzas.
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