El PP no aprenderá jamás y al pobre Feijóo le están haciendo la vida imposible y complicando la existencia como líder político para ganar las ... elecciones frente a Pedro Sánchez. Por mucho desgaste que tenga el presidente del Gobierno, que lo tiene y así lo reconocen socialistas de renombre que están asustados por el daño que les va a hacer la marca en los comicios del mes de mayo, no sé si el gallego tendrá opciones con la cuadrilla interna que tiene.

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Con amigos, digamos en este caso afiliados y la mayoría con mando en plaza y con cargos internos dentro del PP, para qué quiere el presidente nacional de los populares enemigos. Los adversarios los tiene en el banco azul del Gobierno y los enemigos le han plantado una demanda porque no se ha convocado un congreso, al que supongo que pretendían concurrir alguno de los demandantes para quitarle el sillón a Javier Iglesias, en principio, aunque como se ha demostrado posteriormente le interesaba el sillón estuviera quien estuviera en él.

Edulcorando mucho la situación, se puede decir que el asunto acabó en el juzgado de Salamanca gracias al “fuego amigo”, que es el peor que puede haber. “¡Al suelo, que vienen los nuestros!”, solía decir el exministro Pío Cabanillas. Y desde luego, los compañeros de Feijóo han contado con la inestimable colaboración de una jueza sustituta que, según pudimos ver en el vídeo de la vista sobre las medidas cautelares pedidas por los 13 militantes del PP díscolos, tenía muchísimas ganas de ver al presidente nacional de los populares pasearse por el edificio de la salmantina plaza de Colón el viernes 20 de enero, día de San Sebastián, patrón de Ciudad Rodrigo. No le gustó a doña Raquel que Alberto Núñez Feijóo no compareciera ante ella y en su lugar mandara a un simple abogado de Génova.

La culpa desde luego es de los timoratos que no quisieron convocar el congreso de Salamanca por no enfrentarse a Pablito Casado, el de la pala de Filomena, y al lanzador de pipos de aceituna, Teodoro García Egea, que hacía de número dos hasta que los echaron de Génova en marzo hará un año. Para evitar sus métodos caciquiles colocando a sus afines en las provincias, el PP de Salamanca eludió los estatutos. Lo que tenían que haber hecho es haberle plantado cara a estos chiquilicuatres en un congreso. A ellos y a los tirinenes enviados por Pablito y Cia.

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El folletín del congreso del PP de Salamanca puede tener consecuencias imprevisibles para Alberto Núñez Feijóo en una de las provincias que mejor comportamiento electoral ha tenido siempre.

El auto de ayer de la jueza sustituta, que ha dejado perplejos a los miembros de la carrera judicial y a expertos letrados, atiende las medidas cautelares solicitadas por un grupo de desleales y sentencia que el PP regional debe convocar y celebrar el congreso de Salamanca en 45 días como muy tarde (sorprendentemente es el plazo máximo que establecen los estatutos populares para convocar los congresos ordinarios).

El resultado de ese congreso, si es que el PP no recurre una resolución que ha dejado boquiabiertos a los expertos, puede ser imprevisible porque las primarias son un invento engañoso con apariencia democrática y son lo más fraudulento que puede haber en política. De hecho, no en pocas ocasiones las primarias han terminado en los juzgados por pucherazos, trampas o engañifas. Era más legal cuando en los partidos se señalaba digitalmente a los dirigentes porque no se engañaba a nadie. El que quisiera militar, militaba y el que no, se marchaba y punto. A nadie se le ponía una pistola en el pecho para estar dentro de una organización política.

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