Recuerdo cuando era pequeño (de edad, que de altura no he crecido mucho) que una de las grandes dudas cuando nos juntábamos los amigos en ... el parque (versión “vintage” de jugar a la Play online) era aquella de ¿a qué jugamos? Y con esa pregunta encima de la mesa había dos opciones. Por un lado podía ser que hubiera diferentes opciones, y cada uno barriera para casa, y por otro lado podía pasar que nadie tuviera ni idea. En este segundo caso ocurría algo parecido al entrar en Netflix, pasas más tiempo decidiendo lo que vas a ver, del que inviertes con una serie, película, documental...

Publicidad

Y ahora... Pues ahora vamos un poco a lo mismo. Primero saldremos del estado de alarma, que es un poco como salir de clase, es decir, tenemos que estar donde quieren, a la hora que quieren o nos castigan. Vivimos pendientes del reloj para saber cuándo podemos movernos. Vale que ahora no oímos la campana, y digo ahora, porque no olvidemos que ya tuvimos por las calles de Salamanca coches de policía anunciando que teníamos que estar en casa.

Y después del estado de alarma, Gobierno y comunidades autónomas van a sentarse y van a sacar la preguntita de marras. ¿A qué jugamos? Porque Pedro I el Egocéntrico, quiere que decidan las CCAA, no vaya a ser que el juego no triunfe y le quiten de delegado de clase. Las CCAA quieren que elija Pedro, porque de toda la vida se ha sabido que si no eliges puedes protestar (que es feo, pero después de lo que hemos visto ya...). Y entre unos y otros me temo que nos vamos a pasar un tiempo largo sin jugar. Y si no jugamos pues nos aburrimos (o nos arruinamos).

Y llegan las vacaciones, llega el verano, que el año pasado pudimos salvar, de aquella manera, pero salvamos. Aunque luego nos vino otra ola de contagios (hablamos tanto de olas que ya parecemos surferos). Pero ¿no os pasa que os van preguntando por planes de verano y aún no os atrevéis a decir nada? Pues a mí sí. Mucho. Casi a diario.

Publicidad

Yo sigo sin saber a qué hora, o a qué vamos a jugar, o a qué nos van a dejar jugar, o a qué quieren que juguemos. Y ya no sé si llevar un balón, una raqueta de tenis, un bañador o un parchís. Y así no hay manera, y así fijo que podremos jugar al fútbol, pero todos iremos en bañador y nadie llevará una pelota.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad