Martes, 19 de abril 2022, 11:36
Sacando fuerzas de flaqueza tras el fallecimiento de Jaime Ostos el pasado 8 de enero, Mari Ángeles Grajal retoma poco a poco la normalidad y, todavía desolada por la falta del hombre con el que compartió los últimos 40 años de su vida, intenta recuperar la sonrisa y disfrutar de sus aficiones rodeada de sus amigos más cercanos.
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Después de verla asistiendo a la tradicional corrida del Domingo de Resurrección en la plaza de toros de La Maestranza, la doctora ha decidido quedarse unos días en Sevilla y, a pesar de que confiesa que está llevando “mal” estos días tan especiales sin el amor de su vida - “si digo bien miento. Era la primera vez que iba a los toros sin Jaime” confiesa - agradece el cariño que está recibiendo de todo el mundo: “La gente dándome el pésame, sobre todo compañeros matadores. Estuve llorando, incluso, se me caían las lágrimas”. “Pero bueno, lo de venir a La Maestranza lo tenía que hacer y ya lo he hecho, y ahora veremos a ver” se pregunta, todavía desolada por la muerte del torero.
El siguiente paso, pensaríamos, sería dejar el chalet en el que tan feliz fue con Ostos en la madrileña localidad de Villaviciosa de Odón, que Mari Ángeles decidió poner a la venta el pasado mes de febrero. Demasiados recuerdos y una casa que se le ha quedado grande que, por el momento, todavía no ha vendido a pesar de no faltarle ofertas. Y es que como explica, “no me corre ninguna prisa. Tengo ahí mis dos o tres compradores posibles pero me gustaría pasar el verano en casa todavía”.
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