Domingo, 16 de junio 2019, 16:08
Raquel López, mujer cosmopolita y con un sexto sentido para la moda y la belleza, dio un giro radical a su vida en el momento justo. Afincada en Barcelona con familia materna salmantina, cambió su trabajo monótono en banca privada, donde llevaba 12 años, y tras realizar un módulo de asesoría de imagen y personal shopper durante dos años comenzó a colaborar con Piluka de Echegaray, asesora de imagen en los Goya. Hace 7 años nadie sabía lo que era ser una “influencer”, algo que se empezaba a ver por primera vez en Italia o Estados Unidos con modelos como Chiara Ferragni. Raquel (@RakBcn28) empezaba por entonces a salir a los primeros eventos con Dulceida (Aida Domenech) por Barcelona y eran felices cuando recibían un pintalabios de regalo y lo contaban en sus blogs, revela. Gala González, Lovely Pepa comenzaban por entonces con sus páginas web de moda y posados de principiantes con marcas asequibles.
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Hace cuatro años que se instaló con su marido y sus dos hijas en Salamanca. Un cambio radical en su vida donde aprovechó para abrir su canal de Youtube sobre moda, belleza y hogar. Ser una de las primeras en redes sociales le ha valido acumular casi 97.000 seguidores en Instagram y 17.500 suscriptores en Youtube. Se ha convertido en una cotizada “influencer” que hace campañas de publicidad para Roventa, Mahou, Victoria, NH Hoteles, Pantene... Un trabajo al que dedica 5 horas al día de lunes a viernes y que no le deja desconectar, y que además compagina con su labor como personal shopper con clientes de Madrid y Barcelona. Los días de “agobio” pide consejo y apoyo a amigas ‘influencers’ como Vanessa Basanta de “Los mundos de Nico”.
Reconoce que se puede vivir de este trabajo pero hay que estar profesionalizado a la hora de elaborar las campañas, los vídeos, contestar cada uno de los comentarios de tus seguidores y elaborar los informes de la repercusión de cada colaboración. “La publicidad ha cambiado y lo tenemos que admitir. Las marcas destinan el dinero al marketing digital porque funciona. Nos critican porque cobramos, pero dedicamos nuestro tiempo a elaborar estos “anuncios” de publicidad en forma de stories, fotografías o vídeos. Yo sólo acepto campañas de productos afines a mí. Está bien pagado pero somos autónomos y hay meses mejores y otros peores”, explica esta madre de 41 años que muestra su día a día y vida real, con mundanza y construcción de nueva casa incluida, en sus ‘stories’ de Instagram y acumula cientos de miles de visualizaciones en vídeos de Youtube de prendas de ropa y productos de belleza. “Yo ya estoy curtida y las críticas no me afectan pero conozco niñas jóvenes con ansiedad y depresión por ello. Hay muchas envidias en la nueva generación de ‘influencers’ y algunas te miran por encima del hombro”, explica Raquel, que hace balance positivo de su cambio de vida.
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