Domingo, 26 de septiembre 2021, 18:24
La actividad de esta vida efímera no invita demasiado a retroceder en el tiempo e indagar en la bibliografía mosquera, a pesar de los buenos legados sobre la pesca con caña que existen. Bucear en las aguas más profundas de la historia en busca de la pesca con mosca, es lo más recomendable si queremos saber de dónde venimos y a dónde vamos. Si ignoramos nuestros orígenes, practicaremos una simple y sencilla metodología que podremos aprender en cuatro días y no sabremos nunca que la pesca con mosca va más allá de la adquisición de una técnica para capturar más peces. El pescador que se atreva a retroceder en el tiempo y antes de ponerse en faena, empuñar de forma imaginaria un equipo formado por un mango de fresno, al que va empalmado una vara de avellano, para terminar en el puntal con una rama recta de cedro, utilizando una línea de crin de caballo en disminución para proyectar una mosca, podrá sentir la complejidad y evolución de lo que está realizando y algo infinitamente más gratificante que la propia pesca.
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En la actualidad casi todos los tratados de pesca con mosca están encaminados a la eficacia, habiendo abundantes libros técnicos, dedicados a la elaboración de moscas, al lanzado o a temas similares, todos ellos con un solo objetico, lograr que el pescador capture más peces; sin embargo se encuentra muy poco dedicado a la historia, evolución y orígenes de la pesca, por lo que algunos osados pescadores incluso se atreven a atribuirse métodos que fueron inventados hace siglos. Hoy en día el mosquero es sabedor de las técnicas más modernas y sofisticadas, tiene los últimos equipos y un objetivo único, la eficacia, se trata de un mosquero estereotipado, lo sabe casi todo y si no consulta a “San Google”, pero por lo general olvida algo importante, de dónde viene, el proceso evolutivo, teológico y filosófico por el que ha pasado la comunidad mosquera para llegar al nivel del que ahora se disfruta, no sabe quién es Dame Juliana Berners, Fernando Basurto o Izaak Walton, ni lo que aportaron, por qué, cómo y cuándo, llegaron a descubrir que las truchas se podían capturar con una mosca elaborada con pluma, seda y acero.
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