Una efemera natural y su imitación para la pesca.

Modalidad ancestral de pesca

La pesca con cebo natural es el comienzo de los que hoy practican este deporte con otros métodos

Domingo, 19 de julio 2020, 19:21

La técnica del cebo natural, utilizada en tiempos ancestrales como elemento de subsistencia por nuestros antepasados para la obtención de alimento, fue el método con el que aprendieron la mayoría de los que hoy practican la pesca. Una caña, sedal, un corcho y al final carnaza insertada en un anzuelo, fueron los elementos indispensables para la captura de peces.

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Desde la socorrida lombriz de tierra, el asticot o nutriaca, hasta los entresacados en el propio río entre las ovas o bajo las piedras, como larvas de tricópteros a los que denominaban “coco verde” o larvas de efémeras como gusarapas y frailucos, tan difíciles de insertar en el anzuelo por su extrema fragilidad, sin olvidar pequeños insectos terrestres como hormigas, escarabajos, o pequeños saltamontes, fueron utilizados por los pescadores para la captura de toda clase de peces. Esta forma de entender la pesca ha sufrido un vuelco muy profundo por multitud de razones, principalmente por la gran proliferación de pescadores y la necesidad imperiosa de proteger y conservar lo que tenemos, donde el pescador pasa a jugar un papel muy importante.

Hoy las enseñanzas y el desarrollo de los futuros pescadores, debido a los cambios económicos y sociales y a la fuerte presión a la que se ven sometidos los peces, obligan a utilizar métodos, en principio según se cree, menos lesivos para los peces, persiguiendo protegerlos y salvaguardar especies, principalmente las truchas, declaradas por Ley como especie de interés preferente, quedando desterrados prácticamente en su totalidad los cebos naturales.

Lo que es evidente es que los pescadores que pescan hoy, se han adaptado a estos cambios y han evolucionado llegándose a plantear, la mayoría de ellos, cuestiones que antes ni se le pasaban por la cabeza tales como la conservación de especies y de ecosistemas acuáticos, incluso de especies no pescables o minitallas, de escaso valor deportivo como pueden ser las bermejuelas, calandinos o sardas. El pescador moderno es una persona comprometida, responsable y cultivada, conocedora del medio y de todo lo que la rodea.

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