Suelta de un barbo en el embalse de Santa Teresa

La pesca poco ortodoxa del barbo, un superviviente de nuestros ríos

La utilización de paseantes para capturar estos ciprínidos es un método poco ético, inapropiado y antideportivo

Lunes, 9 de noviembre 2020, 13:59

Retomo el tema de la captura y suelta después de haber estado sin escribir nada al respecto desde hace algunos años. En este caso y aunque no sea norma impuesta por los legisladores, lo haré de la captura y suelta del barbo. Paseando por las redes sociales en busca de información sobre estos colosos endemismos de la Península Ibérica, contemplé con una enorme tristeza, imágenes de pescadores que con la finalidad de satisfacer sus egos personales, exhiben vídeos y fotos con barbos, la mayoría de las fotos irreales, enfocadas con la finalidad de aumentar las proporciones de la capturada exhibida.

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Hasta aquí, aunque no comparta en absoluto estos comportamientos, todo entra dentro de lo razonable, siempre he entendido que estos comportamientos son intrínsecos al comportamiento humano, no en vano, somos presumidos por naturaleza y qué mejor escenario para “campanearse” que las redes sociales.

Mi estupor se produce al oír y leer pequeños comentarios sobre las formas y señuelos utilizados para capturarlos, eso sí, todo métodos legales. Para la captura del barbo no hay una normativa específica como ocurre con la trucha. Con el uso de una caña y cualquier tipo de cebo ya sea en la superficie o bajo el agua pueden ser capturados, ahora bien, si queremos practicar la captura y suelta en las mejores condiciones para que el barbo siga viviendo, lo razonable es utilizar métodos lo menos lesivos posible, donde los paseantes, ya sean lastrados, para pescar bajo el agua o flotantes para pescar en superficie, con dos, incluso tres poteras, provistas de arponcillos o rejón de muerte, no parece que sea un método poco lesivo.

No debemos olvidar que el barbo no está capacitado para depredar como el lucio, la trucha o el backs bass, aunque en momentos muy puntuales y bajo circunstancias determinadas lo hagan.

Capturar a los grades supervivientes de nuestras aguas con estos artes no es lo apropiado para un pez que reporta tantos momentos gratos al pescador deportivo, sin entrar en el trato que se les dispensa cuando desde embarcaciones son colgados con los dedos metidos en las agallas y arrojados al agua como si de carnaza para tiburones se tratase un poco de respeto, hacia los peces.

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