Una piara de jabalíes corriendo junto a una charca. MIGUEL Á. DIOSDADO

La cruel ‘matanza’ en el corazón de Monfragüe

La prohibición de la caza en Parques Nacionales ya tiene sus consecuencias: sobrepoblación y exterminio en época reproductiva

Lunes, 17 de mayo 2021, 12:23

LORENA G. VIZCAÍNO (Federación de Caza de Salamanca)

Publicidad

La prohibición de la caza en los Parques Nacionales ha llevado consigo un crecimiento descontrolado de las poblaciones de ungulados silvestres, como el ciervo y el jabalí, lo cual, está teniendo unas repercusiones del todo negativas de carácter medioambiental y socioeconómico sobre estos espacios.

El plan de acción inicial marcado como hoja de ruta del Organismo competente, establece en un principio las bases para el mantenimiento de las poblaciones de los ungulados en cifras coherentes para que se produzca un correcto orden medioambiental y un determinado control de las enfermedades derivadas de estas especies.

Dicho control se llevará a cabo sacando a los animales de las zonas donde están establecidos mediante el cebo de la comida, para atraerlos a cercones en los que se les abatirá indiscriminadamente, y lo más triste de todo, mediante el alegato de que la principal causa por la que se ven obligados a darles muerte se debe al incesante aumento de casos de tuberculosis que derivan de estas especies. ¿No será que el crecimiento descontrolado de estos mamíferos es lo que está originando dicha problemática?

Si bien es cierto, este modus operandi no es nuevo, pero a partir de ahora será prioritario.

De manera muy esporádica puede que se recurra a los recechos y aguardos, pero a partir de ahora siempre recurriendo a personal especializado y solo si se considera necesario en análisis de situación anteriores. A la vista está que quedan totalmente descartadas ahí las batidas y monterías, mucho más si se incluyen perros, ya que dicho plan considera que este formato es el que genera un mayor daño medioambiental prohibiendo así de manera tajante su práctica.

Publicidad

Hace relativamente poco, hemos asistido a una brutal matanza en el Parque Nacional de Monfragüe. Se han exterminado 40 animales, entre ellos ciervos y jabalíes, por trabajadores de la empresa pública Tragsa sin ningún criterio selectivo, incluso encontrándose estos en plena fase de reproducción.

Desde el sector cinegético contemplamos con expectación la hipocresía que existe en torno a la prohibición de los controles cinegéticos en Monfragüe, ya que ahora se están llevando a cabo sin tener en cuenta las paradas biológicas de las especies protegidas y, además, causando un gasto a las arcas públicas en lugar de generar riqueza en la zona.

Publicidad

El silencio de los ecologistas que en su día apoyaron la prohibición de la caza hace pensar a los cazadores que lo único que pretendían era  perjudicar al sector cinegético, una actitud que nada hace ver que se pretenda la mejora de los ecosistemas y  la conservación de las especies.

La Real Federación Española de Caza y la Fundación Artemisan denunciarán ante la Fiscalía General del Estado estos hechos, denunciando también públicamente la doble vara de medir de la Administración pública.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad