Jueves, 5 de mayo 2022, 10:29
El recorrido del Salamanca UDS en esta Liga —y también en la categoría, en Segunda RFEF— pasa por el choque del domingo. No ganar puede suponer el KO definitivo sin paso previo por el purgatorio del playout de descenso, al que el vestuario ya no mira con malos ojos...
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De este modo, pasa, por tanto, contra el líder Pontevedra que se juega ser equipo de Primera RFEF sin atajos. Y, pasa, por último, por Pasarón, que es feudo más que ‘maldito’ para el conjunto del estadio Helmántico. Si hay un estadio en el que la estadística dice que el Salamanca UDS no debía de jugarse nada era este...
El feudo gallego es uno de los que más ha visitado el club blanquinegro desde que aterrizó en la categoría de bronce; y en Pasarón al Salamanca UDS le han sucedido auténticas tragedias, que (en el archivo de los encuentros) tenían la red de que sucedieron en las primeras vueltas de la competición. Nombrar al estadio gallego es recordar dos noches de verdadero terror (bajo la lluvia), en la que los errores fatales se han sucedido sin solución de continuidad, y en el que el resultado fue el peor posible: derrotas que calan en el vestuario.
No hubo un choque del que el primer vestuario en Segunda B saliera tan tocado como aquella derrota de la jornada 8 en la que fue triste protagonista Pablo Alcolea. Al meta aragonés se le resbaló de manera incomprensible el balón de las manos y traspasó la línea de gol tan tonta como dolorosamente. Era el minuto 16 de partido. Y con este lance se abría la historia de terror del Salamanca UDS en este campo.
La pasada temporada (con una de parón por haber quedado encuadrados en la campaña previa en Grupos diferentes) volvió a llover. Sobre mojado, además. El Salamanca UDS iba sobre alerta: “La segunda parte fue como un juego de niños. Fueron los 45 minutos más fáciles de la temporada. El problema que vi en ese equipo entonces fue lo anímico”, reconocía el exjugador del Pontevedra el primer curso, y del Salamanca UDS la pasada campaña, Nacho López.
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Lo que vino fue más de lo mismo. Pero con un guion más cruel, si cabe. Pues el Salamanca UDS resistió contra viento y marea. Con 10 los últimos 32 minutos... Y cuando el punto parecía desapretar la soga que Sergio Egea tenía atada ya al cuello, una contra fatal, un penalti y una nueva derrota en Pontevedra que acabó con la era de Sergio Egea y con una sensación que costó levantar en el vestuario: “Somos incapaces de ganar a nadie”, comentaban off the record.
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