El Salamanca consiguió este domingo cortar su racha de seis jornadas sin ganar con su triunfo ante el Palencia (1-0), pero a nivel de sensaciones todo sigue igual con un equipo al que le cuesta superar a rivales mucho más inferiores que él. Y sí, como lleva pasando gran parte de la temporada, el Salamanca acabó pidiendo la hora para poder amarrar los tres puntos. Es una victoria, pero la mejoría no es la necesaria.
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El Salamanca salió con ganas de mandar y de llevarse el partido desde el primer minuto y es que no está la cosa para más sustos, y menos en el estadio Helmántico. La idea de Jehu Chiapas empieza a ser reconocible. Debutó bajo palos Jon Villanueva, mientras que la línea de cuatro estaba formada por Gustavo y Poveda en los costados y con De Castro y Souley de centrales. Es urgente que lleguen centrales. En el centro del campo Mati y Amaro estaban en el doble pivote con la mítica dupla ya de poli bueno y poli malo. Uno a querer el balón y el otro a destruir. En las bandas Javi Navas y Franco, con Alvarito de mediapunta y Joel de nueve.
El punta brasileño no tuvo su día y su actuación fue un cúmulo de desgracias. Joel falló solo ante el portero una clarísima, mientras que en el 27 tuvo que irse sustituido lesionado. Mientras estaba lesionado ya fuera del campo y Gabri Salazar esperaba en la banda para saltar al campo, apareció David Franco para recibir dentro del área lucirse en un recorte de muchos kilates y fusilar al meta visitante. Volvía a sonreír el estadio Helmántico después de varios meses de frío, sombras y muchas dudas.
Los de Chiapas tuvieron protagonismo con el balón y sin alardes dispusieron de algunas ocasiones ante un Palencia que no oponía mucha resistencia con los salmantinos Carpio y Chopi en el once inicial.
El descanso dejaba a los jugadores enfilando el túnel y el director general, Rafael Dueñas, siendo increpado por el fondo sur. El “Dueñas vete ya” se escuchó en repetidas ocasiones y es que los ánimos siguen muy caldeados en las gradas del Helmántico. El divorcio entre el aficionado y los gestores del Salamanca ahora mismo es total.
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En la segunda mitad, el Palencia subió líneas y ambición con el marcador en contra y el Salamanca rebajó sus prestaciones y se relajó en exceso. Esto ya sucedía con María Hernández en el banquillo y parece que sigue siendo uno de los puntos a mejorar.
Los palentinos se empezaron a sentir fuerte y seguros en ataque y encadenaron cuatro llegadas peligrosas, mientras que el conjunto salmantino quería pero no podía ofrecer algo en ataque. A cambio, consiguieron aguantar el resultado y asegurar una victoria importante en su lucha por ocupar posiciones de play-off de ascenso.
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