Dentro de la catarata de negativismo que provocó la derrota ante el Marino de Luanco en el último choque disputado como local, la indiferencia de la afición del estadio Helmántico fue una de las cosas que más preocupó en el seno del vestuario. Quince días después, con la victoria en el Pepe Quimarán debajo del brazo, la situación deportiva ha pegado un giro de 180 grados.
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Y así quiere Calderón que se traduzca en la grada: “El Helmántico es grande cuando hay comunión, y vamos a trabajar para que la afición esté contenta. Al igual que yo le pido a los jugadores que dejen sus problemas personales en casa cuando vienen a jugar se lo pido a la afición; me gustaría que esas preocupaciones que tienen de su día a día se queden fuera del Helmántico. Me gustaría que cuando entraran se transformaran y nos animaran”, apuntó el técnico gaditano.
Dicho esto, Calderón centró su discurso sobre el rival y su equipo: “Los que me conocen saben que soy mucho de cambiar en función de lo que yo veo del partido, del campo... pero cambié en Arenteiro y perdimos. El resultado no te tiene que condicionar. Hemos visto al rival y en base a nuestro equipo vamos a ser capaces de competir a buen nivel. Estábamos muy necesitados y teníamos derrotas por errores puntuales, pero el equipo ha sabido reaccionar y esto es una carrera de fondo. Ha servido para ganar confianza”, dijo.
Y sobre la Segoviana apuntan lo siguiente: “El partido va a depender de lo que hagamos nosotros y de meterle ritmo. Tienen futbolistas tocados y son cuatro menos para hacer cambios. Si planteamos un partido de poco ritmo, aguantan”.
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