Portería tumbada y sin uso sobre el césped del campo de fútbol de Vitigudino CASAMAR

El triste paseo por los campos sin fútbol base de Salamanca

La despoblación golpea duro a la base: solo un 0,2% de los municipios tiene clubes

Miércoles, 15 de febrero 2023, 17:31

Hace algo más de mil días (1.073, en concreto) del último cierre de campos en el fútbol de cantera en Salamanca: la Federación regional y la Delegación provincial cruzan los dedos cada pretemporada rezando que no haya más...

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“Desde aquí me gustaría ... pedirles a los alcaldes de las cabeceras que se impliquen, si cabe, toda vía más. Tengo claro que es el dinero que mejor pueden invertir. Que no solo tienen el deber con sus niños, sino también con el del resto de municipios de su comarca”, afirmó Miguel Hernández en este diario el pasado mes de octubre. Frase que volvería a repetir ahora y en el mes de mayo cuando la temporada llega a su fin a pies juntillas.

La despoblación se nutrió aquél entonces de la pandemia para dar la estocada a tres campos históricos del mapa provincial: Vitigudino, Las Eras de Monterrubio y El Graci de El Encinar cerraron sus puertas de manera abrupta, sin un adiós anunciado, el pasado 8 de marzo del 2020. Y, de ahí, al olvido en mayor o menor grado: van desde el césped casi listo para jugar de Vitigudino a la parada trashumante para ovejas del de Monterrubio de la Armuña.

La desconexión del fútbol durante esos trece meses sin competición en la cantera dio la puntilla a sus clubes. A los tres les pasaba lo mismo: tenían los conjuntos mínimos para sobrevivir y cuando volvieron a ponerse en marcha ya no tenían jugadores con los que nutrirse. Es la lesión más grave que padece estructuralmente el fútbol base de Salamanca; su particular rotura de cruzado (o algo así). Y, para muestra, los números: en el último lustro han sido un total de seis los campos que han echado el cierre.

La alarma se enciende más roja y centelleante todavía cuando se ponen sobre el mapa mudo los 31 clubes que dan forma a la cantera charra: tan solo 15 localidades, con la capital a la cabeza, tienen clubes en competición. El 0,2 por ciento del total de municipios de la provincia. Un drama que se agrava al ver que 13 de las 27 localidades con más de mil habitantes no tienen clubes donde sus chicos puedan competir.

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Terradillos con sus 3.094 habitantes es el primer gran municipio (el 12º de la lista de 362) que ‘pasa’ del fútbol; a esta localidad le siguen otras como Castellanos de Moriscos, o grandes cabeceras como el propio Vitigudino, Lumbrales, La Fuente de San Esteban o Ledesma. “Nosotros ahí no podemos hacer nada, pero nos preocupa y mucho. Este verano cuando el Béjar pendió de un hilo hicimos todo lo que pudimos dentro de nuestras posibilidades. Nuestra labor se centra en la gestión. Está claro que la ayuda más grande que se le puede dar a estos clubes es económica; y ahí nosotros no podemos ni debemos llegar. Eso corresponde a las instituciones. Hemos hablado de la Diputación, pero también vamos a hacerlo de los ayuntamientos. Ellos son los que tienen la misión de impulsar, promocionar y divulgar el deporte en sus localidades, y la mejor manera de hacerlo es ayudando a sus clubes”, se explicó.

Villiquera: 673 vecinos y con fútbol

De la lista de 15 localidades que capean el temporal es Castellanos de Villiquera el ejemplo de que cuando se quiere, se puede. El municipio de La Armuña es el más pequeño de cuantos compiten con sus 673 habitantes. Y sin embargo eso no le impide tener un campo coqueto de nombre ‘La Acera’ y cuatro equipos en liza este mismo curso (prebenjamín, benjamín, alevín e infantil).

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Por delante de Castellanos de Villiquera hay un total de 41 municipios con más posibilidades y sin embargo es este el que tiene club y logra llenar de vida cada 15 días con los choques de Liga.

Miróbriga, aislado en el oeste

A la sangría poblacional se suma otro hándicap, los costes para los clubes que tienen kilómetros hasta llegar a Salamanca capital (centro de gravedad de la cantera). Fuera del margen de 25 kilómetros que marca Villoria con sus a la redonda que marca Villoria con sus Promesas solo sobreviven cuatro clubes: el Peñaranda (46), el CD Guijuelo (51), el Béjar Industrial (77) y el Ciudad Rodrigo CF (89 kilómetros), que tiene además el hándicap de ser el único club del Oeste en competición.

Su rival más cercano lo tiene a 87 kilómetros de distancia: el Doñinos. Antes de eso, la nada más absoluta, y después una tupa de kilómetros hasta los 133 que le separan de Peñaranda.

“Para nosotros es muy complejo, pero por los chicos lo tenemos que hacer. Y no solo los de Ciudad Rodrigo, aquí tenemos jugadores de La Fuente, de Peñaparda, Robleda, Fuentes de Oñoro...”, afirma Jesús García, tesorero del conjunto del Francisco Mateos. “Tenemos fines de semana con cuatro viajes hasta Salamanca. Sobre todo, en estos meses de invierno es un coste que tenemos que asumir, no podemos tener a benjamines que juegan a las 10 de la mañana esperando por otros niños que juegan a las 2, es una paliza enorme que no les podemos dar. Aunque es un coste, el bienestar de los niños está por encima de todo”, explica a este diario.

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Y todo ello sin ayudas directas para el gasto de combustible, esta temporada disparada, para la base —sí que tiene para el primer equipo y del ayuntamiento en instalaciones—. “Esto habla de la buena administración que hacen, es un esfuerzo encomiable”, concluyó Miguel Hernández.

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