Una temporada muy distinta para el Perfumerías Avenida

El Perfumerías Avenida está viviendo una situación a la que no está nada acostumbrado y mucho menos en las dos temporadas anteriores ya con Roberto Íñiguez al frente. No solo por el número de derrotas, mayor ya a estas alturas que en el total de los cursos precedentes, sino por las sensaciones que está ofreciendo el equipo un día sí y otro también, salvo algunas y llamativas excepciones en días importantes, en los que sí que ha respondido.

Las jugadoras salmantinas están bloqueadas en cuanto les surge un contratiempo o aparece un rival que juega “duro”, como dijo el técnico tras la derrota del miércoles. Fue muy llamativa e inesperada, porque hasta el inicio del último cuarto parecía que la victoria no iba a correr ningún peligro. Pero cuando llegó el cortocircuito y la renta iba disminuyendo, las caras de las jugadoras cambiaron y se pudo intuir que el partido no iba a acabar bien y que la prórroga sería un martirio más. El Avenida se desmoronó de forma alarmante, culminando todo lo peor que viene haciendo a lo largo de la temporada.

Estaba claro que iba a ser un año distinto, sin estrellas como Copper, Hayes y Lou Samuelson, o jugadoras que eran duras y tenían mucho carácter, como Karlie o Emese Hof, pero nadie a estas alturas podía esperarse lo que está pasando. Tras reconocer una mala planificación después de un mal inicio, el club intentó mejorar la plantilla con la llegada de Carleton y Onyenwere.

Son jugadoras de talento y que pueden ayudar mucho, pero los males del Avenida tienen que ver, o eso parece, más con el aspecto mental que con lo meramente baloncestístico. Las pérdidas, los fallos fáciles y el resto de errores llegan cuando el colectivo se viene abajo.

Y el resultado es que en las dos primeras temporadas con Roberto Íñiguez en el banquillo solo habían llegado 12 derrotas -4 en la 2020/21 y 8 en la 2022- y todas contra grandes: Girona, Valencia, Ekaterimburgo, Praga y Sopron. Este curso ya van 10 derrotas entre Supercopa, Liga y Euroliga, y varias de ellas contra rivales que antes ni se atrevían a soñar con sorprender a las salmantinas, y que ahora encaran los enfrentamientos con el convencimiento de que los pueden ganar, como así está sucediendo.

Hay tiempo, pero si el equipo quiere demostrar que tiene carácter, debe hacerlo desde ya.

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