Lunes, 27 de marzo 2023, 13:59
El río Tormes, aguas abajo de la presa de Santa Teresa, recibió a los pescadores de trucha en un día frío y algo desapacible, con nubes y claros y un pequeño chaparrón que descargó al mediodía. El paupérrimo caudal vertido desde el Embalse de Santa Teresa, permitió vadear prácticamente todo el cauce, pudiendo acceder el pescador a todas las zonas y buscar los lugares querenciosos donde presumiblemente se cebarían las truchas.
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Se lograron varias capturas, todas ellas de gran tamaño con Streamer de color negro y moscas secas de principio de temporada, aprovechando el escaso tiempo en el que comieron en la superficie del agua en zonas donde el agua bajaba más lenta. Las truchas medianas y pequeñas, que a final de la temporada pasada se veían por cientos, no aparecieron en toda la jornada, achacándolo algunos pescadores a la frialdad de las aguas y otros a la escasez de eclosiones, ya que únicamente voló algún pequeño betido.
En la zona truchera de la cuenca del Águeda, el “bolo” ha sido la tónica generalizada, con escasez de caudal en un día con 12 grados y algo de lluvia, albergando un mal presagio para el resto de la temporada.
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