El embalse de Santa Teresa volvió a perder agua, una vez que al alcanzar los 396 hectómetros cúbicos y llegar a ese tope de 100 de resguardo, la Confederación Hidrográfica del Duero -CHD- tuvo que soltarla en cumplimiento del protocolo de seguridad y así ha empezado el año.
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El pasado 1 salieron 2,04 hectómetros cúbicos e inició este lunes con 390, que son 6 menos de los que tenía el 26 de diciembre cuando estaba al 79,84% de su capacidad. Un año antes, en 2021, en esa semana de Navidad el embalse se encontraba al 58,56%. También ahora supera la media de almacenamiento en esta fecha en los últimos 10 años, que sitúa este porcentaje en el 63,55%, 16 puntos por debajo que ahora.
La salida de agua del embalse preocupa a los regantes, que ya han vuelto a solicitar el recrecimiento de la presa más allá de los 496 hectómetros cúbicos de capacidad actuales para así poder almacenar agua que luego pueda ser utilizada para el riego.
Temen que 2023 sea seco y que con el aumento de necesidades de regadío -por la entrada esta campaña o la próxima de la primera fase del regadío de La Armuña- el agua de Santa Teresa sea insuficiente para planificar nuevas fases de conversión de hectáreas al riego.
De momento la que ya está casi concluida -a falta de que la CHD acabe la obra de la subestación eléctrica, algo que anuncia para febrero- permitirá el riego de una superficie 6.491 hectáreas y afecta a Villaflores, Cantalpino, Campo de Peñaranda, Poveda de las Cintas, Villar de Gallimazo y Zorita de la Frontera.
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Son estos regantes los que han solicitado en las últimas semanas a la CHD que reconsidere el recrecimiento del embalse de Santa Teresa: han solicitado ampliar en otras 16.000 hectáreas el riego en una nueva fase que afectaría a Campo de Peñaranda, Zorita de la Frontera, Palaciosrubios, Cantalapiedra, Horcajo de las Torres y Rasueros, pero es algo que no contempla el Plan Hidrológico del Duero.
Preocupa además que el Gobierno, en respuesta a una pregunta de diputados nacionales salmantinos del Partido Popular, descartaba el recrecido por el escaso avance de regadío en la zona en los últimos 50 años y aseguraba que con la capacidad actual el embalse permitiría regar 10.000 hectáreas más. Estaría por lo tanto 6.000 por debajo de las solicitadas por los regantes.
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A esto se une el cambio climático y la necesidad de ahorro de agua en el que insiste Transición Ecológica, además del cumplimiento del convenio de Albufeira, que este verano llevó al Gobierno central a soltar agua de Santa Teresa y luego de Almendra. Los embalses de Salamanca están al 47,07% de su capacidad, 2 puntos más que hace un año.
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