Domingo, 28 de julio 2019, 18:38
La remolacha, que durante décadas fue un gran motor de desarrollo en numerosos pueblos de la comarca de Peñaranda, se enfrenta actualmente a una de sus peores crisis debido a la prolongada bajada de precios con la que se sigue “asfixiando” a los productores y que ha llevado a muchos de ellos al abandono definitivo del cultivo.
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Localidades como Palaciosrubios, Zorita de la Frontera, Campo de Peñaranda, Paradinas de San Juan o Rágama en las que, a simple vista, se localizaban un buen número de parcelas del tubérculo ahora prácticamente las cuentan con los dedos de una mano.
“Por un lado están los remolacheros de toda la vida que se jubilan y dejan la agricultura y por otro, los que quedan y los pocos jóvenes que apuestan por seguir viviendo del sector primario que se ven obligados a buscar alternativas con las que tener una mayor rentabilidad económica” explican en los pueblos.
A falta de que termine el verano y la remolacha haga su “otoñada” en la tierra para ganar kilos y riqueza azucarera, los productores auguran una buena campaña si continúan así ya que, por suerte, no se ha dado ningún problema de sanidad en el cultivo y parece que se ha recuperado de los daños que produjeron las heladas tardías.
La bajada de 6,5 euros en tonelada provocó que numerosos agricultores dejaran Azucarera, donde el precio final con ayudas ronda los 36 euros por tonelada, y se fueran con Acor donde se les garantizan 42 euros por tonelada. “Seis euros de diferencia en una media de producción de 120 toneladas es mucho dinero y aunque Azucarera te ofrezca un complemento de unos tres euros en función de lo que valga el azúcar, sigues perdiendo dinero”, explicó Pedro Jesús Blázquez, presidente de la asociación salmantina de remolacheros.
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“Muchos de los remolacheros tienen firmado un compromiso de cinco años con la Junta de Castilla y León para recibir una ayuda y éste año es el último en el que están obligados a sembrar por lo que la mayoría dicen que se acabó y que ni se plantean la prórroga de otros dos años que ofrece la administración para que coincida con la PAC porque si viene un año de condiciones adversas, no sacan ni para los gastos”, añade.
Los “supervivientes” de la remolacha empiezan, por tanto, a buscar alternativas como la patata o incluso el cereal o la colza en la que arriesgan menos económicamente por cada hectárea.
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