Imagen de la planta de la lenteja con escarcha.

La lenteja de La Armuña se ‘adapta’ al cambio climático

La planta sufre menos con el hielo porque los agricultores retrasan la siembra para evitar que le perjudique la temperatura más suave de los octubres de los últimos años

Jueves, 16 de enero 2020, 11:25

La escarcha de estos días beneficia a un cultivo como la Lenteja de La Armuña porque el agricultor ha sabido adaptarse en los últimos años al cambio climático y ha retrasado su siembra. Si la tradición apuntaba a que en la primera semana de octubre toda la lenteja estuviera ya sembrada, ahora los productores no tienen prisa y no acaban las labores hasta finales de ese mes o incluso noviembre. Así evitan un desarrollo excesivo de la planta en su inicio, porque las temperaturas ahora de octubre y noviembre suelen ser más suaves, y no sufre con los hielos. Al contrario, y como matiza el secretario técnico de la Denominación Específica “Lenteja de La Armuña”, Nicolás Armenteros, con el actual nivel de desarrollo “los hielos paralizan el crecimiento de la planta y hacen que se desarrolle el sistema radicular, que es lo adecuado para estas fechas”.

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Nicolás Armenteros tiene estadísticamente comprobado que las siembras más tardías dejan producciones medias más elevadadas, y así se lo ha transmitido a los agricultores. Si se siembra pronto, las temperaturas “veraniegas” últimamente habituales en octubre hacen que la planta crezca mucho y llega a mayo con todo el forraje, lo que la debilita frente a los hielos tardíos.

Con el garbanzo ocurre lo contrario y lo recomendable es adelantar un mes las siembras frente a la fecha tradicional

Además, el crecimiento del forraje de la planta hace que las lentejas tempranas salgan manchadas y queden deterioradas en la imagen, lo que tampoco favorece a los agricultores. Aún así y pese a la media, los productores saben que cada término municipal tiene sus propios condicionantes, como el de la tierra. Así, hay municipios donde la siembra más tardía es posible y otros en lo que no es lo más recomendable. En Pedrosillo y La Vellés, por ejemplo, como asegura Nicolás Armneteros el suelo es muy arcillos y la planta desarrolla vegetación, mientras que en una localidad muy próxima, como es Palencia de Negrilla, las lentejas nacen “más verticales, no se renredan y no son tapadas por la vegetación”.

Lo mismo que le ocurre a la Lenteja de La Armuña con el cambio climático pasa con el garbanzo, pero al revés. En ese caso, lo conveniente es adelantar las siembras para salvar primaveras calurosas y secas. Durante los últimos años se han sembrado en febrero o primeros de marzo, cuando lo habitual era esperar a San José (19 de marzo).

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