Lunes, 28 de marzo 2022, 14:20
En Cantalpino y Arabayona de Mógica, al igual que en otras localidades patateras de la provincia de Salamanca, los agricultores viven unos días frenéticos toda vez que en estos momentos se ha visto incrementada la actividad por las labores de siembra. En estos pueblos, centran ahora su atención en partir patatas de siembra.
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Tanto en Arabayona como en Cantalpino prefieren usar patata de calibre grande para su plantación, lo que requiere la tarea de partirla. Esta semilla tiene un precio más económico por kilo que la de un calibre menor, quizá por esta razón sea la más utilizada en Cantalpino. Al menos así lo confirma el agricultor Jesús González Martín, que a su vez es presidente de la asociación de agricultores y regantes de Cantalpino, quien prefiere seguir partiendo patata aunque le implique más trabajo del habitual y tirarse horas haciéndolo. Este agricultor junto a su hermano, que comparten explotación, cortan tan solo de la variedad Ambra 20.000 kilos, más los correspondientes a las variedades Agria y Jelly.
Este año dice que probará con dos hectáreas de una patata nueva. Bajo su punto de vista “hay que sembrar patatas que se vendan en el mercado”. Explica que hay agricultores que no están concienciados y optan por patatas de gran producción, aunque no gocen de calidad. Considera que “hay que dejar de sembrar esas patatas porque se cargan el mercado”.
Las patatas de siembra que utilizan los agricultores son adquiridas a casas de semillas. Atrás quedan en el tiempo antiguas patatas que durante años eran las estrellas de la zona. Un ejemplo fue la famosa Jaerla, muy socorrida en estas dos localidades patateras por ser de ciclo corto y de cosecha temprana.
En cuanto al tiempo se refiere, en opinión de Jesús González, “de aquí a un mes no hace falta más agua, vendría bien que no lloviera más para poder realizar la siembra en condiciones”.
Este profesional del campo destaca la subida de precios del gasóleo, abono y otros productos como un aspecto realmente importante a la hora de obtener un resultado positivo en lo que se refiere a beneficios obtenidos. Calcula que los gastos se incrementarán en una media de 2.000 euros por hectárea. No sucede lo mismo con la semilla, cuyo incremento de precio no ha sido tan pronunciado. Este aspecto no es condicionante para cambiar los planes de este agricultor, que mantiene su planificación anual de algo más de 20 hectáreas de patatas en su rotación de cultivos.
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