Lunes, 7 de febrero 2022, 13:04
Si los ganaderos están preocupados por la falta de lluvias en Salamanca desde el pasado 5 de enero, los agricultores también comparten esa angustia sobre todo por lo que pueda ocurrir si, como prevé la Agencia Estatal de Meteorología -AEMET-, no llueve este mes y, además, las temperaturas son, como anuncia, primaverales.
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La mayor preocupación está precisamente en esto último porque de momento y aunque el agua no les sobra, en general los cultivos se encuentran ahora en buen estado por las lluvias que cayeron hasta enero y que permitieron cerrar unas buenas siembras. Las altas temperaturas, sin embargo, precipitarían el crecimiento de la planta y pondría a los cultivos en riesgo para heladas en abril o mayo, más habituales de lo deseado por los agricultores.
Nicolás Armenteros, ingeniero técnico agrícola, director técnico de la Indicación Geográfica Protegida “Lenteja de La Armuña” -entre otros consejos de legumbres- y con observatorio del tiempo desde el Centro de la Legumbre en Pajares de la Laguna, explica que los hielos de enero vinieron fenomenal a los cultivos porque fortalecieran sus raíces. “Si empieza a hacer calor no es bueno porque sube mucho la planta y en el caso de frutales, brotan, florecen antes y no es aconsejable por esas posibles heladas”, indicó.
La tierra está, según ha observado, en general en buenas condiciones de humedad y lo deseable sería que llovieran “30, 40 o 50 litros”. Este mes que AEMET anuncia como tan seco coincide además con el momento de echar el abono a las tierras, algo que algunos agricultores han comenzado a hacer ya, y el problema está en que necesitan del agua para disolverse. Además el abono de cereales genera un estrés hídrico a la planta porque salifica el terreno y hace que necesite más agua.
De ahí que sea un año en el que expertos como Armenteros ven aconsejable repartir el abono en dos dosis y con la tranquilidad de que ha habido años que, debido sobre todo a las fuertes lluvias, gran parte de las tierras no pudieron ser abonadas hasta abril, algunas desde helicópteros.
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La posibilidad de una sequía, que ya es una realidad en Andalucía y Extremadura, se produce justo en la campaña agraria en la que más han tenido que invertir los agricultores por la fuerte subida de los costes de producción.
De hecho, en las movilizaciones que han comenzado de nuevo este enero en toda la geografía, también en Salamanca, una de las principales denuncias de los agricultores y ganaderos es el fuerte aumento de sus costes no compensado por el precio de los productos. Según un estudio de ASAJA, con respecto a la campaña 2020-2021, en la actual se ha incrementado el precio de los fertilizantes, entre un 239 y un 307%; el de la energía eléctrica un 270% y el gasóleo agrícola subió aproximadamente un 73%. Para denunciar esta situación de asfixia, ASAJA, COAG y UPA retomarán las movilizaciones una vez que pasen las elecciones a Castilla y León, y también UCCL ha anunciado protestas en todas las provincias de la comunidad durante la última semana de este mes.
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También se afronta con preocupación este periodo de sequía para los cultivos de regadío porque aunque el embalse de Santa Teresa se encuentra en torno al 60%, su nivel es más bajo que el de hace un año y también está por debajo de la media de almacenamiento de los últimos 10. Ahora la preocupación añadida son las temperaturas elevadas. Para realizar una campaña de regadío -aún sin la zona de La Armuña- se necesita disponer de 150 hectómetros cúbicos en el embalse a principios de abril.
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