La clase de uva que ha renacido en La Sierra de Salamanca

“En el ámbito del viñedo, se ha generado un gran interés por parte de expertos y productores por la particularidad de nuestro terreno y variedades, lo que está favoreciendo un crecimiento paulatino de la superficie y de la calidad”, explicaba el pasado mes de abril la Denominación de Origen Protegida Sierra de Salamanca.

Hay interés por el sector y preocupación por mantener una cultura muy arraigada del vino en la Sierra y, de ahí, que hayan surgido nuevas extensiones de terreno con nuevas plantaciones de viñedo que llevan añadidos proyectos de nuevas bodegas.

Es el caso de Agustín Labrador, de San Esteban de la Sierra, que ha plantado este año algo más de una hectárea de terreno de Rufete (alguna cepa del blanco) con el objetivo de impulsar la producción de vinos de calidad: “tenemos un proyecto para una bodega de nueva creación con vinos de calidad. Estamos haciendo tres vinos. Un blanco y dos tintos, uno de Rufete con 14 meses de barrica y otro que es mezcla de Tempranillo y Rufete, que es un roble. El blanco es un multivarietal que utilizamos el Albillo, la Rufete blanca y la Viura. Muy contentos porque la gente está aceptando muy bien el vino y a ver si es verdad que con esto de la nueva normalidad la gente se abre más a los productos locales. Nos han vendido que en otras zonas se hacen las cosas mejor y eso no es cierto”. Si todo marcha según lo previsto, la bodega podría estar operativa en la vendimia de 2021, apostilla Labrador.

Son varias las fincas plantadas en San Esteban, donde comienzan a verse las espalderas, pero también en la vecina localidad de Santibáñez hay nuevas extensiones de uva. José Carlos Martín es el impulsor allí con nuevas plantaciones que alcanzan las dos hectáreas de terreno. Se trata de Rufete, fundamentalmente, aunque está trabajando también en intentar impulsar la producción de otra especie autóctona prácticamente desaparecida: la piñonera.