El sorprendente peso de un cordero recién nacido en una localidad salmantina: pesó 8,5 kilos al nacer

Lo habitual es que nazcan con entre 3.500 y 5.000 gramos | La oveja y la cría se encuentran bien

Jueves, 30 de marzo 2023, 00:13

Los ganaderos propietarios de la explotación estaban en un momento en el que no daban a basto para atender la paridera cuando observaron que una de las ovejas tenía especial dificultad en el parto. Acudieron rápido a ayudarla a sacar el cordero y, cuando lo consiguieron, vieron que habían llegado a tiempo porque el animal tenía la cabeza hinchada y las patas. La oveja, aunque agotada, también estaba bien.

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Los dos ganaderos de La Armuña, que prefieren que no aparezcan sus nombres, se quedaron sorprendidos por el tamaño del cordero y más aún cuando lo pesaron y la báscula marcó 8,5 kilos. Son propietarios de una de las mayores explotaciones de ovino de carne de Salamanca y nunca antes habían visto un cordero tan grande al nacer. Lo normal es que pesen entre 3.500 y 5.000 gramos, aunque han tenido ya casos en los que estuvieron en torno a los 6 kilos.

Ahora, si todo va bien, confían en que en solo 15 días, la mitad de tiempo de lo que es habitual, el lechazo alcance los 15-16 kilos. Aún así aunque quisieran no lo pondrían vender antes porque, comentan, la carne no está hecha y hay que darle su tiempo. La madre es una oveja cruzada de entrefina y berrinchón y el padre, un carnero berrinchón. Afortunadamente la madre tenía experiencia y el del domingo era su tercer parto; si hubiera sido primeriza, los ganaderos creen que habría muerto.

Agustín Francisco Román, veterinario y presidente de VEPROASA -Asociación de Veterinarios de Producción Animal de Salamanca- reconoce que el caso es “muy raro”. Dada su larga experiencia con ganado ovino, sí ha visto algún parto de cordero grande. En concreto, quedó impresionado con uno que pesaba 13.750 gramos aunque el animal no llegó a nacer y la oveja también murió. Según señaló, que nazcan corderos tan grandes se debe a un conjunto de circunstancias. Los ganaderos apuntaban a la casualidad y el veterinario añade además la genética, la alimentación o el retraso en el parto, entre otras. Aún así mantiene que en la oveja esto último es algo que no suele producirse, sí en las vacas.

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