Imagen de la red de tuberías del regadío de La Armuña. ARCHIVO

El retraso de la obra de la CHD impide probar todo el regadío de La Armuña

La Junta de Castilla y León se ve obligada a cambiar de plan porque no hay suministro eléctrico y solo podrá dar agua en una sexta parte de la nueva superficie de riego

Martes, 19 de abril 2022, 13:10

La Junta de Castilla y León tiene previsto un plan “b” para comprobar el funcionamiento del nuevo regadío de La Armuña, una vez que ahora parece muy poco probable que en junio la Confederación Hidrográfica del Duero -CHD- haya terminado su parte de las obras, en concreto las del suministro eléctrico, y sea por lo tanto imposible el bombeo de agua a las parcelas.

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Debido a este previsible retraso, la Junta, a través del Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León -ITACyL- planifica iniciar a finales de este mes de abril o principios de mayo las pruebas del regadío pero no en su totalidad, porque sería imposible por ese retraso, sino en una zona concreta, las 1.065 hectáreas que comprende el sector “d”: es el único que se riega sin necesidad de bombeo gracias al agua almacenada en una balsa.

Las pruebas, por lo tanto, se verán limitadas a la sexta parte de la superficie del nuevo regadío de La Armuña, que comprende 6.491 hectáreas de El Campo de Peñaranda, Cantalpino, Poveda de las Cintas, Villaflores y Zorita de la Frontera.

La CHD licitó en agosto de 2020 por valor de 884.362 euros las obras de suministro eléctrico de la zona regable, con una potencia de 7.000 kW, con la que finalizaba sus actuaciones en el regadío de La Armuña.

En mayo la Junta confía en acabar su parte de las obras y el Ministerio está con los caminos, pero con plazo hasta 2023

No obstante, aunque el plazo de construcción era de 6 meses, su final se había aplazado por la demora de la CHD en alcanzar un acuerdo con la empresa suministradora de electricidad. Una vez logrado, el pasado noviembre la CHD procedió a ordenar el inicio de la fabricación de los elementos eléctricos y electrónicos de la instalación pero coincidió con un momento de escasez de suministros por lo que el organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica anunciaba un nuevo retraso que podría superar, señaló, el medio año. Ahora, ante el riesgo de que ni al final de esta campaña de regadío pueda ser una realidad, la Junta de Castilla y León aplicará este nuevo plan para detectar posibles fallos de esa parte concreta del regadío, lo que permitirá la limpieza de tuberías y también probar el telecontrol en parcelas de agricultores voluntarios, para que así inicien la campaña completa de riego en 2023 con las mayores garantías.

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A partir de mayo la Junta de Castilla y León, a través del ITACyL confía en acabar su parte de las obras y comenzar entonces los 12 meses para su puesta en marcha con la constructora. La otra garantía para los agricultores es que el periodo de garantía de la obra es de 5 años. Ahora, una vez finalizada prácticamente toda la instalación de tuberías, la Junta coloca hidrantes y cierra zanjas mientras que realiza pruebas de presión para detectar posible defectos en esos 286 kilómetros de tubos, 457 hidrantes y 1.100 tomas. El Ministerio de Agricultura ultima caminos y desagües, pero estas obras van en plazo porque dispone de todo 2022. La CHD sí terminó su otro cometido, que era recrecer el ramal oeste desde el azud de Riolobos hasta la estación de bombeo.

Los agricultores del regadío de La Armuña -840 propietarios- planificaron sus siembras de este año sin contar con que el regadío fuera aún realidad.

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