Jueves, 10 de febrero 2022, 11:42
Juan S. Sánchez es de Pino de Tormes y a sus 35 años es de los ganaderos (y pastores) más jóvenes de la provincia de Salamanca. “Hablo con unos que tienen 42, luego los siguientes, tienen 48 y de 60 o más hay muchos. No hay relevo generacional”.
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“Está muerto porque todo es gente mayor. En mi pueblo conocí a 18 labradores y ahora lo llevamos todo entre 5 y casi sobramos 3. Ahora hay que pedir préstamos para vivir del campo, adelantar el dinero o que te dejen tus padres todo montado”.
“Dicen que van a venir jóvenes pero ¿quién va a venir? -reflexiona Juan-. No saben el oficio y hay que saber por ejemplo arar o las tareas que hay hacer. Luego es triste que un señor tenga que pagar 100.000 euros por un tractor y los aperos, más la tierra, cuando luego hablamos de vender la cebada en pesetas, a 30, y necesitas un capital muy grande. Un albañil necesita una furgoneta y 15.000 euros, el electricista se gana el sueldo con unos alicates... En el campo todo es desproporcionado. Si consigues que después de 4, 5 o 6 generaciones hayas juntado un patrimonio, funciona y si no, es imposible”.
“Antes cobrábamos por ovejas pero acoplaron las ayudas y nos exigen tener hectáreas, algo que antes nosotros no necesitábamos. Es muy difícil encontrar tierras para arrendar y me obligan a coger algo que no me sirve, porque a lo mejor no puedo aprovechar ni la hierba. ¿Qué hago? ¿Monto la nave en mi pueblo y luego me voy con las ovejas a La Armuña o a la Sierra? Antes les daba alfalfa o pienso y se acabó. Ahora al tener que arrendar, no te queda nada”.
“Antes estabas en otro término municipal y te paría una oveja y la metías en el coche con el cordero y no pasaba nada. Ahora tienes que ir a la unidad veterinaria a sacar la guía para moverla, todo es más complicado”.
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“Todo ha cambiado y nosotros seguimos con las ovejas como siempre y eso es imposible con las normas y la vida de ahora. Es lo de la PAC, es lo de las guías y no se dan cuenta de que antes los pastores se movían de otra forma. Ahora están los hijos, llevarles al colegio... es otra vida diferente y con estas normas, no es viable. Gusta salir de casas rurales, irte de vacaciones y no da para eso el campo. Es ir contracorriente. ¿Quién va a venir?”
“Me acuerdo de que en todos los pueblos había vacas de leche y ahora hay cerdos alrededor de todos los pueblos. Ese montón de propietarios, con sus 25 o 30 vacas lecheras de las que vivían, tuvieron que irse fuera porque molestaban. Y ahora tenemos alrededor granjas de cerdos. Es el futuro que nos han puesto”.
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“Yo estoy en esto porque me gustan las ovejas. Estudié, me casé, me divorcié... pero es una vida que me gusta. Soy feliz y si no fuera así, no seguiría con las ovejas. Me podría haber ido por ejemplo a trabajar a sueldo, de siete y media a cuatro de la tarde y para mí tener una tarde libre sería como estar de vacaciones, vivir casi de fiesta todos los días. Pero a mí me gusta esto desde que nací y eso que mi familia era de labradores, aunque mis antepasados sí que eran ganaderos”.
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