El nerviosismo aumenta entre los futuros regantes de La Armuña, pendientes del nuevo regadío que en principio iba a entrar en funcionamiento esta campaña: por el retraso de las obras de suministro eléctrico que correspondía realizar a la Confederación Hidrográfica del Duerose demoró después hasta noviembre y ahora está sin fecha.
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Los regantes han pedido a la Subdelegación del Gobierno que agilice los trámites porque necesitan conocer cuanto antes si podrán regar cuando comience la próxima campaña de riego, en abril, con el fin de planificar las siembras. Lo ideal, según fuentes de los regantes, sería conocer este dato ya en agosto, cuando muchos compran la semilla, pero al menos hasta septiembre creen que no obtendrán respuesta.
Sí saben que la Confederación Hidrográfica del Duero ha modificado el proyecto y que ahora está pendiente de que el Gobierno lo autorice. Esta obra estaba previsto en un principio que terminara en febrero de 2021 -la CHD licitó el suministro eléctrico en agosto de 2020 por valor de 884.362 euros y un plazo de 6 meses- pero diversos retrasos obligaron a modificar el proyecto. Además, el pasado noviembre la CHD inició la fabricación de elementos eléctricos y electrónicos, pero coincidió con un momento de escasez de suministros.
La superficie a regar son 6.491 hectáreas pertenecientes a los términos de El Campo de Peñaranda, Poveda de las Cintas, Cantalpino, Villaflores y Zorita de la Frontera.
No es el único problema el de la planificación de siembras, también el retraso de las obras de la Confederación Hidrográfica del Duero ha impedido probar este año el regadío para detectar posibles averías y que los productores pudieran regar con más tranquilidad el próximo año. El deseo de la Junta de Castilla y León a través del Instituto Tecnológico Agrario (ITACyL) no pudo convertirse en realidad por el retraso de esas obras, y este año solo pudo probar aquella zona que no necesita suministro eléctrico para impulsar el agua. En concreto, el ITACyL tuvo que limitar las pruebas al denominado “sector d”, de 1.065 hectáreas, una sexta parte de la superficie regable. El otro problema añadido es que el pasado julio los regantes tuvieron que recibir de la Junta de Castilla y León la obra de tuberías -285 kilómetros- sin conocer por la falta de pruebas si están en condiciones. Al menos la garantía de obra es de 5 años y el ITACyL ha aprovechado el verano para realizar pruebas también en seco.
El otro inconveniente que se encuentran los 850 nuevos regantes es la amortización del regadío porque tendrán que hacer frente a los primeros pagos en los próximos meses, sin haber podido todavía sembrar, por lo que la comunidad de regantes tiene previsto pedirle a la entidad bancaria una prórroga de pagos hasta diciembre de 2023.
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Del regadío de La Armuña solo queda pendiente esta obra de la CHD más el arreglo de caminos por parte del Ministerio de Agricultura, pero tiene plazo hasta diciembre. Además de los agricultores se ha mostrado interesada Azucarera por la finalización de las obras porque pretende extender el cultivo de remolacha a esta nueva zona regable.
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