La cabañuelas ya saben qué tiempo hará en 2022. A pesar de que la contaminación complica cada año más el pronóstico, Manuel Briz, el experto salmantino en este antiguo método de predicción, ya sabe cómo será 2022. “Da la sensación de que será un año con más lluvia y de que en invierno podremos ver más nieve si se cumple el dicho que dice «Año bellotero, año nevero»”, cuenta.
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Briz asegura que enero comenzará con cielos muy nubosos con vientos cierzos y de poniente “que nos darán frío y algo de agua”, para ir cambiando a vientos solanos con más frío y nieblas.
Febrero arrancará “con cielos sucios de cirros” para dejar paso a días revueltos como mandan las famosas “gurrufadas” donde, como decían los antiguos, “un rato al sol y otro al humero”. Será un mes de frío y nieblas y al final llegarán los conocidos como “fríos de la vieja y de la cabra”.
También el comienzo de marzo será “desapacible”, aunque se pondrá peor a partir de mediados con los vientos de poniente. Mayo arrancará con cielos nubosos, con algo de agua y vientos del oeste que harán mejorar el tiempo hasta que a mediados caerá algún chaparrón. “Los últimos días serán más ventosos y con temperaturas un poco más altas”, dice Briz.
Con “cielos sucios de cirros y con temperaturas no muy altas” comenzará el mes de junio para ir poco a poco mejorando con más sol y calor. Eso sí, sobre el día 20, el tiempo volverá a empeorar y el inicio del verano será con muchas nubes y una bajada de las temperaturas.
Más tranquilo parece que llegará julio, “con días soleados y estables”, aunque las tormentas será protagonistas a mediados de mes. Agosto será un mes de días cálidos, aunque tampoco faltarán las tormentas a partir del día 20. También septiembre empezará con un ambiente tormentoso y temperaturas altas “mejorando a partir del 20, pero con más viento”. El inicio de octubre será con nubes y ambiente revoltoso y desde el día 10 “con lluvias y temperaturas no muy frías”, mientras que noviembre será “tranquilo” al inicio y con temperaturas más frescas a partir del 20.
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2022 acabará con un mes de diciembre “con tiempo variable y ambiente fresco”, con más frío y nieblas a partir del día 20.
Manuel Briz es una de las pocas personas que quedan en España capaces de ‘descifrar’ lo que dice el cielo los primeros días de agosto. Gracias a todo lo que le enseñó su padre de niño, y a lo que aprendió después con el paso de los años, cada mes de agosto realiza una predicción de cómo será el tiempo el año siguiente. “Cada día de agosto corresponde con un mes, aunque siempre empezamos a partir del día 2. Así, el día 2 corresponde con enero, el 3 con febrero, el 4 con marzo... hasta llegar al día 13 que es diciembre”, explica. Si no lo tiene claro se fija en lo que se conoce como las cabañuelas “retorneras”, donde el día 14 de agosto corresponde con diciembre, el 15 con noviembre, el 14 con octubre... “Luego, después de tener la información de cada día, lo que hago es ir casando las “retorneras” con las primeras cabañuelas”, cuenta.
Lo primero que hace Briz es fijarse en cómo sale el sol. “Observo si está limpio o si tiene alguna nubecilla, lo que se conoce como cejo o moraña, que son las neblinas que se forman alrededor”, explica. A partir de ese momento, cada hora va anotando todo lo que ve, como la dirección del viento o la humedad que hay en el ambiente y que mide a través de un higrómetro. “Si, por ejemplo, veo que viene mucha humedad eso significa que podría llover en el mes correspondiente”. Aunque lo fundamental, como explica, es ver cómo se pone el sol: “Si está limpio y sin nubes es mal síntoma porque eso indica que no habrá lluvia en el mes que esté analizando”.
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Pero para que la predicción del tiempo sea lo más aproximada posible, Briz tiene que esperar a que llegue el mes de octubre con su famosa luna llena que, como dice el refrán, “siete lunas cubre”. “El tiempo que haga esa luna es el que hará los siguientes siete meses cuando vuelva a haber luna llena”, explica el salmantino.
En las cabañuelas al viento del norte se le conoce como cierzo y, según Briz, es el que trae las borrascas que se forman en el sur de Inglaterra. Es frío, húmedo y suele traer agua y nieve si hace mucho frío. El viento que llega del sur es el ábrego y es cálido porque viene del norte de África. El del este es el solano, “el que viene de donde sale el sol”, y el del oeste es el poniente, que es templado y con agua porque viene del océano Atlántico.
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Briz utiliza un higrómetro para saber la humedad que hay en el ambiente, aunque antiguamente lo que hacía la gente del campo era dar una patada a una piedra: “Iban de madrugada, le daba una patada y entonces veían si estaba húmeda y en qué parte estaba mojada. Si, por ejemplo, observaban que estaba húmeda en la parte norte entonces sabían que venían frío y nieve”, cuenta Briz.
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