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Sábado, 25 de agosto 2018, 06:45
Un vecino de Salamanca ha sido condenado por un delito de amenazas y otro de injurias, ambos en el ámbito familiar, por conductas tales como mostrar a su pareja sentimental un papel en el que se decía que ella tenía “el sida” y atemorizarla con que iba a “hacérselo saber a todo el mundo”. El varón, de origen extranjero y de iniciales M.O.O., fue juzgado este lunes y solo un día después la magistrada de lo Penal número Uno de Salamanca firmó la sentencia en la que le castiga con un total de 21 días de trabajos en beneficio de la comunidad, un año de privación del derecho a la tenencia y porte de armas y un año de prohibición de aproximarse a menos de 200 metros o de comunicarse por cualquier medio con la mujer.Según declara probado la sentencia, a la que ha tenido acceso LA GACETA, los hechos tuvieron lugar el 12 de agosto de este año, cuando M.O.O., condenado en dos ocasiones anteriores por delitos de lesiones en el ámbito de la violencia doméstica, se encontraba con su entonces pareja sentimental en el domicilio del barrio San Vicente en el que convivían y él le mostró un papel en el que se expresaba que ella tenía sida y le dijo que iba a hacérselo saber a todo el mundo con el propósito de inquietarla y perjudicarla.Una semana antes, señala la juez en el relato de hechos probados, el varón, de forma agresiva y con intención de atemorizar a la mujer, le dijo al tiempo que hacía un gesto en el cuello simulando cortarlo: “Tu vida está acabada”.Con el mismo propósito, M.O.O. le manifestó que tenía muchos contactos y le podía pasar algo, tras lo que la increpó diciéndole: “Tú no sabes quién soy yo”.Denunciados estos hechos, el Juzgado de Violencia sobre la Mujer emitió un auto para que se adoptaran medidas cautelares para la protección de la afectada.Pese a que el acusado niega los hechos, destaca la juez que en este caso se cuenta con “prueba suficiente” para enervar la presunción de inocencia que le ampara, es más “se dan los requisitos o condiciones para que la sola declaración de la víctima pueda por sí sola valer como prueba fundamental para establecer la culpabilidad del acusado”. Señala que la declaración de la víctima en el juicio resulta verosímil, sin contradicciones en sus manifestaciones tanto en sede judicial como policial y sin que en su relato se hayan apreciado motivos de venganza o resentimiento hacia su ‘ex’. En suma, concluye, la víctima “fue objeto de las amenazas recogidas en los hechos declarados probados”.Una demoledora declaración en la que la afectada llegó a manifestar que ante estas vejaciones y amenazas, se fue de casa porque vio que la situación solo empeoraba y denunció al varón “para acabar con esta situación y por miedo a las amenazas”.En su sentencia, la juez destaca que los hechos han provocado a la perjudicada “una vulneración de su derecho a una vida mínimamente tranquila y sosegada”, pese a lo que al tratarse de “un episodio aislado” sin que exista costancia de otras amenazas o injurias previas le impone una pena mínima tanto en lo relativo al delito de amenazas como al de injurias.Lea el artículo completo en la edición impresa de LA GACETA en Orbyt y Kiosko y más
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