Juan José Zurro: Estuve en un comedor social; no se lo dije a mi padre para no ser una carga

Nacido en Bilbao en 1970, Juan José Zurro emigró a Salamanca hace casi dos décadas después de que su padre resultase herido en un atentado. El “Comando Vizcaya” hizo estallar una bomba adosada a los bajos de su coche. Ha ejercido como vigilante de seguridad, escolta privado y conductor de camiones. Lleva cuatro años en paro, en los que ha descubierto el lado más amargo de la crisis. –¿Cómo llega un músico callejero a concejal?–Ciudadanos me apasionaba desde hace mucho tiempo y compartía sus ideas. Un buen día me pasé por su sede, invitado por Fernando Castaño, y fue como cuando conoces a la mujer de tu vida, un flechazo que no pude dejar atrás.–Ha conocido la cara más dura de la crisis. ¿Cómo acabó en un comedor social?–Estuve un tiempo en el comedor social de Emiliano Tapia. A mi padre no le dije nada porque no quería ser una carga económica para él. Opté por buscarme la vida así. La verdad es que allí he descubierto un mundo. A veces parece que lo tuyo es lo peor y te das cuentas de que hay situaciones mucho más dolorosas de gente que está en la calle, sin techo y enferma. Ahora, colaboro con ese comedor. Voy a veces a comer allí para que no se me olvide, y ayudo a recoger patatas o a lo que haga falta.–Crítica habitual a los políticos es su distancia con la calle. ¿Les hace falta un baño de humildad?–Por supuesto. Más de un político tendría que pasar por esa situación para ayudar más a la gente. Creo en un político cercano al ciudadano, porque al final estamos aquí para eso. Veo en mis compañeros de C’s ese acercamiento a la gente.–¿Para ser concejal hay que ser un poco tuno?–Se puede ser concejal desde la humildad. Yo voy a ser todo lo claro que pueda, y no pienso engañar.–No responde al perfil de “hombre guapo” de C’s…–¿Quién es su “gurú” político?–Albert Rivera, porque tiene muy claro lo que quiere. Para mí, ha sido el único político que ha hecho todo lo posible para que este país tuviese un Gobierno, pero por desgracia no ha podido ser.–Como víctima del terrorismo de ETA, ¿se ha sentido respaldado por los últimos gobiernos?–No tenían que haber dejado salir a los etarras de las cárceles. Los terroristas deberían haber cumplido las penas íntegras.–Usted tuvo que abandonar su ciudad. ¿Se ha protegido a las víctimas lo suficiente?–No, para nada. Y todavía queda mucho por hacer. Hace falta que tengan en cuenta a las víctimas siempre, y no solo cuando hay campañas electorales. Hay gente que ha perdido a hijos, a padres,... Arnaldo Otegui dice que es una guerra civil, pero una guerra es cuando los dos bandos están en igualdad de condiciones. Estamos en un país democrático y no matamos a nadie para defender ideas.